Por Jonathan Gilbert

Los bloqueos de carreteras a los campos de esquisto de Argentina en la Patagonia entrarán en su cuarta semana, ya que los trabajadores de la salud en la primera línea de la pandemia exigen aumentos salariales para mantener el ritmo de una de las tasas de inflación más altas del mundo.

Los trabajadores de los hospitales locales están impidiendo que los equipos petroleros y las cuadrillas lleguen a los sitios de perforación en la Cuenca Neuquén, hogar del vasto parche de esquisto Vaca Muerta, justo cuando llega el invierno y aumenta la demanda de gas natural en Argentina, lo que obligará al gobierno con problemas de liquidez a importar más combustible. Los bloqueos también están interrumpiendo las rutas de camiones a Chile.

El gobierno de Argentina mezclará suministros por gasoducto desde la vecina Bolivia con importaciones en sus dos instalaciones flotantes de gas natural licuado y compras de otros combustibles líquidos para generación de energía para compensar el déficit de la manera más barata posible, dijo el secretario de Energía, Darío Martínez, en un comunicado.

Actualmente, la producción de gas natural en Neuquén ha caído alrededor de un 10% con respecto a los niveles habituales, pero el impacto real se sentirá en las próximas semanas ya que las paradas de perforación ahora provocan caídas más pronunciadas en la línea. Setenta equipos que operan plataformas de perforación y flotas de fracturamiento hidráulico no pueden trabajar. Son casi todas las cuadrillas de Neuquén, según la Cámara Argentina de Producción de Petróleo y Gas.

Los bloqueos están reduciendo la capacidad de Argentina para suministrar gas natural este invierno en 25 millones de metros cúbicos por día, dijo el grupo. La producción en junio, inicio del invierno, ha promediado 133 millones de metros cúbicos por día en los últimos tres años.

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La compra de combustibles de reemplazo debilitará la balanza comercial de Argentina en unos 200 millones de dólares, y esa cifra aumentará cada día que se prolonguen las protestas y no se puedan perforar nuevos pozos, según estimaciones de la empresa. Argentina necesita superávits comerciales para reactivar una economía que ha estado en recesión durante tres años y respaldar su moneda, que continúa debilitándose, contribuyendo a la inflación.

El martes hubo buenas noticias para los perforadores de esquisto que soportan su vigésimo primer día de bloqueo, incluidas las estatales YPF SA, Chevron Corp. y Royal Dutch Shell Plc, ya que un grupo de manifestantes acordó aumentar los salarios, aunque los trabajadores no sindicalizados están aún por hacerlo.

La reducción de la producción en Vaca Muerta, la segunda formación de gas de esquisto más grande del mundo, muestra cuán dañino se está volviendo el problema de la inflación de Argentina, con impactos negativos que se extienden desde la macroeconomía a las materias primas como huelgas periódicas por pago de una gran cantidad de sindicatos de procesadores de soja y a los pilotos de remolcadores que obstaculizan la influyente industria agrícola del país. La inflación no ha caído por debajo del 36% anual desde agosto de 2018.

Los bloqueos apuntan a los desafíos más amplios que enfrenta Argentina en Vaca Muerta, donde el gobierno quiere imitar el auge del esquisto estadounidense. La producción antes de la disputa con los trabajadores de la salud era todavía de solo 316.000 barriles por día. En la Cuenca Pérmica, se espera que los perforadores produzcan 4,6 millones de barriles diarios de crudo solo el próximo mes.

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