Por EVGENIA PISMENNAYA Y ÁINE QUINN
El ministro de Finanzas de Rusia, Anton Siluanov, advirtió que el Kremlin debe prepararse para la caída de los ingresos después de que una prueba de estrés mostró que el impulso global de energía limpia podría conducir a una disminución significativa en la demanda de exportaciones de combustibles fósiles.
El modelo realizado por su ministerio mostró que los precios del carbono y el aumento de la energía renovable podrían causar “cambios radicales en el balance energético global”, dijo Siluanov en una entrevista antes de viajar a una cumbre financiera del Grupo de los 20 en Venecia.
“Una gran parte de los ingresos de nuestro presupuesto provienen de la exportación de productos básicos, por lo que debemos comprender cómo reemplazaremos la caída de los ingresos si estos pronósticos resultan precisos”, dijo Siluanov.
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Sus comentarios se producen en medio de un cambio en la retórica rusa sobre el calentamiento global y mientras la Unión Europea se prepara para introducir un nuevo impuesto al carbono en su frontera. El presidente Vladimir Putin ha pasado de ser escéptico a reconocer que este año el cambio climático es causado por la actividad humana.
Sin embargo, reducir la adicción al carbono de Rusia no será fácil. Rusia es el mayor exportador de energía del mundo y se espera que la industria del petróleo y el gas contribuya con más del 40% de los ingresos del gobierno este año.
El Banco de Rusia estima que un impuesto fronterizo de carbono de la UE inminente podría costarle a Rusia hasta 8.200 millones de euros ($ 9,7 millones) al año. El Ministerio de Energía del país dijo que las empresas nacionales de petróleo y gas podrían perder $ 4 mil millones al año con las medidas, que se implementarán gradualmente a partir de 2023.
Rusia continúa invirtiendo fuertemente en su industria energética, incluido el nuevo y masivo proyecto Vostok Oil de Rosneft PJSC en el Ártico, que se dirigirá a los mercados asiáticos. Las proyecciones del gobierno prevén mantener la producción de petróleo durante la próxima década cerca de un récord alcanzado antes de la pandemia.
El Ministerio de Finanzas está discutiendo un paquete de medidas fiscales y arancelarias que deberían ayudar a la economía y el presupuesto rusos a adaptarse “de la manera más sencilla posible” a las estrictas normas de regulación del carbono, según Siluanov.