Por OILPRICE
El número de advertencias sobre una nueva escasez de materias primas en medio de las transiciones energéticas acaba de aumentar al doble: Macquarie Bank y Credit Suisse acaban de advertir a sus clientes inversores que la oferta de litio seguirá siendo escasa en un futuro próximo, lo que hará que los precios suban continuamente.
Estas advertencias no son una sorpresa, pues apenas pasa un día sin que aparezcan una o dos noticias sobre el aumento de las ventas de vehículos eléctricos, aunque el aumento sea la única proyección por ahora. Sin embargo, el impulso a la electrificación del transporte parece imparable, creando una situación que inevitablemente llevará a un aumento de los precios del litio, ya que parece que los aspirantes a las baterías de iones de litio han tardado bastante en llegar al mercado.
La oferta, por su parte, aún no se ha puesto al día.
En un artículo de Forbes, Tim Treadgold citaba a Credit Suisse diciendo que “tras los recortes de producción (cuando el precio se desplomó), el exceso de oferta de litio ha terminado y el mercado se está estrechando a medida que se acelera la revolución de los vehículos eléctricos”.
El banco añadió que esta revolución podría triplicar el precio del litio de aquí a 2025. Esto, a su vez, podría motivar finalmente la expansión de la oferta, que ha estado en suspenso desde que los precios del litio se desplomaron desde las alturas de 2018 hasta alcanzar los 5.000 dólares por tonelada a mediados de 2020. Desde entonces, señala el sr. Treadgold, los precios del litio están en torno a los 10.000 dólares por tonelada, pero esto sigue siendo la mitad del precio al que cotizaba el metal en 2018, antes de que el precio se desplomara.
Los precios de los contratos a largo plazo son el verdadero problema, informó Reuters a principios de esta semana en otra advertencia sobre la escasez de litio.
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Actualmente, los precios del carbonato de litio equivalente se han recuperado hasta unos 12.000 dólares por tonelada, pero una serie de acuerdos de suministro a largo plazo firmados el año pasado están desanimando a los productores a invertir en la expansión de la producción, explica Benchmark Mineral Intelligence.
Como resultado, este año el mercado del litio podría registrar un déficit de hasta 25.000 toneladas. Las cosas se pondrán aún peor para la oferta a partir de 2022, dijo también BMI, citado por Reuters.
“A menos que veamos una inversión significativa e inminente en grandes yacimientos de litio comercialmente viables, dicha escasez se extenderá hasta el final de la década”, dijo el analista George Miller.
No obstante, algunos productores están ampliando su capacidad para satisfacer la creciente demanda de este metal para baterías.
“La industria está creciendo rápidamente y tenemos una previsión muy optimista sobre el consumo de litio”, declaró recientemente a Bloomberg el vicepresidente de la empresa china Gangfeng Lithium, uno de los mayores proveedores de litio del mundo.
Debido a este pronóstico optimista, Gangfeng Lithium está ampliando su capacidad de producción; pero aquí está el giro: incluso con la expansión, la empresa espera que los precios sigan subiendo durante un tiempo. La tendencia a largo plazo así lo sugiere.
En el año 2000, el litio extraído para las baterías representaba sólo el 9% de todo el litio producido. Pero en 2020, el porcentaje de litio producido para baterías había aumentado hasta el 66% y está previsto que siga aumentando hasta representar más del 90% de todas las aplicaciones de litio en 2030, según las estimaciones de IHS Markit.
Las previsiones del precio del litio parecen dar por sentado el éxito de la revolución de los vehículos eléctricos, y tienen una buena razón para ello: el fuerte apoyo gubernamental a las ventas de vehículos eléctricos. Ahora bien, como señaló Wang Xiaoshen, de Gangfeng Lithium, en su charla con Bloomberg, siempre existe la posibilidad de que la adopción de los vehículos eléctricos sea más lenta de lo previsto.
Esta posibilidad es cada vez más clara, precisamente por el aumento de los precios de productos como el litio y el cobre, que se utilizan en la construcción de los vehículos eléctricos. Cuanto más altas sean las materias primas, más alto será el precio del producto final y, aunque los gobiernos a favor los vehículos eléctricos han sido muy generosos con las subvenciones, quizá acaben poniendo un límite. Si los vehículos eléctricos son más caros, los compradores tendrán menos incentivos para cambiar sus coches de gasolina por un vehículo eléctrico y la revolución automovilística tropezará hasta que los precios vuelvan a bajar.