Por the Energy Workforce & Technology Council 17 Agosto 2021 – HartEnergy
Primero, no hay una “transición energética”. La forma en que las personas y las empresas producen y utilizan la energía diferirá en las distintas regiones del mundo en función de los recursos disponibles. Una solución no abordará todos los desafíos. En algunas áreas, el petróleo y el gas brindan las mejores opciones; en otras áreas, la energía eólica, solar, geotérmica o nuclear pueden satisfacer la necesidad. La realidad: probablemente lo mejor sea una combinación de energía de dos o más fuentes.
En segundo lugar, necesitamos una variedad de soluciones que combinen la producción de energía existente con la nueva tecnología. La transición energética se trata de inclusión en lugar de reemplazar una forma de energía por otra. La atención debe centrarse en todo el ecosistema energético trabajando en conjunto para satisfacer las necesidades del mundo.
En tercer lugar, la transición debe basarse en objetivos y estrategias realistas que equilibren la necesidad de satisfacer la creciente demanda, mantener la asequibilidad para sostener el crecimiento económico y lograr los objetivos climáticos.
Cuarto, una transición realista debe reconocer que todas las fuentes de energía tienen impactos ambientales, desafíos tecnológicos y tasas de eficiencia. Para el petróleo y el gas y otras fuentes, estos están bien documentados y comprendidos. Las energías renovables como la eólica y la solar dependen de minerales críticos que deben extraerse a una escala sin precedentes y se encuentran principalmente en áreas geopolíticamente sensibles.
En quinto lugar, la transición energética se trata de desafíos técnicos que pueden resolverse y superarse con ingenio, invención e inversión. No necesitamos respuestas predeterminadas basadas en ideología o políticas partidistas. Necesitamos ser realistas sobre el establecimiento de objetivos alcanzables para el desarrollo y la implementación de tecnología. Los plazos artificiales no acelerarán la innovación.
La independencia de la energía limpia es posible si se basa en la historia de los sectores de la tecnología y los servicios de encontrar y desplegar soluciones tecnológicas a escala mundial con una buena política energética y una inversión inteligente. Las empresas están haciendo que la producción de petróleo y gas sea más limpia, más segura y más rentable que nunca con tecnologías que reducen el uso de energía, reducen las emisiones y agilizan las operaciones.
Estas tecnologías incluyen:
- Captura y almacenamiento de carbono: las empresas de servicios están invirtiendo en todos los aspectos de la cadena de valor de CCUS y creando asociaciones con otras industrias.
- Efrac: los perforadores están utilizando gas (que de otro modo se quemaría como combustible alternativo) para impulsar turbinas y motores de combustible dual, y para reducir las emisiones.
- Geotermia: el sector tiene la amplia experiencia para habilitar, eliminar riesgos y optimizar proyectos que calientan o enfrían edificios o proporcionan energía.
- Hidrógeno: las empresas están utilizando su experiencia en ciencia de materiales para producir hidrógeno. Los fabricantes están fabricando turbinas que funcionan con gas o hidrógeno, y puede ser posible adaptar la infraestructura de combustible líquido existente para transportar y distribuir hidrógeno.
- Minerales críticos: para lograr los objetivos de energía limpia, el mundo necesita aumentar radicalmente la producción de litio y otros minerales críticos esenciales para el almacenamiento de energía y las tecnologías renovables. Las empresas de servicios están utilizando métodos respetuosos con el medio ambiente para la extracción de salmuera subterránea y la producción de litio que encogen la huella física y reducen el consumo de agua.
- Reducción de emisiones fugitivas: con nuevas herramientas, que incluyen monitoreo remoto y drones, las empresas de servicios están detectando fugas en tiempo real para que los operadores puedan tomar medidas inmediatas.
- Aprendizaje automático y automatización: el análisis y la automatización de macrodatos permiten a las empresas modelar operaciones, detectar problemas potenciales, predecir oportunidades de ahorro de energía, ayudar a los gerentes de instalaciones a tomar decisiones rápidas y mejorar la salud y seguridad de los trabajadores.
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Para aprovechar nuestro progreso, apoyar la recuperación económica de la pandemia, mitigar los riesgos climáticos y proteger la posición de Estados Unidos en el mundo, necesitamos políticas energéticas que utilicen nuestros abundantes recursos para sacar el máximo provecho. Una política energética inteligente apoyará la producción de petróleo y gas de tierras federales para garantizar un suministro constante de energía nacional y resistencia contra los efectos climáticos y la agitación política en el extranjero.
La energía limpia, segura, abundante y asequible es posible si dejamos de lado las consideraciones políticas partidistas y nos enfocamos en soluciones tecnológicas a los desafíos del mundo real. Cada forma de energía tiene ventajas y desventajas, pero la industria energética estadounidense ha innovado y se ha adaptado a lo largo de su historia. Esta vez no será diferente.