Por Grethel Delgado
Hace 10 años, Marisol Román llegó a EEUU con su familia. Dejó atrás su natal Valencia, en el estado Carabobo, Venezuela. La joven se propuso sobresalir en sus estudios y demostrarles a sus padres que el sacrificio no había sido en vano. Y lo hizo. Este año, la NASA le ofreció una beca que cubre sus estudios de doctorado y un proyecto de investigación en esa agencia espacial.
Aunque su familia tenía una empresa de automatización en Venezuela y ella siempre estaba en la oficina, nunca le pasó por la mente que sería ingeniera. Una vez en EEUU, y gracias a sus charlas con su tío, ingeniero eléctrico, le comenzó a interesar ese mundo, curiosidad que le llevó a estudiar una carrera en Ingeniería Eléctrica en Florida International University (FIU).
En FIU se enamoró de esta rama, sobre todo por el amplio abanico que le permite estudiar “automatización, energía, potencia, hacer las redes más inteligentes”, señaló Marisol Román, a quien le gusta particularmente la energía renovable. Ahora comienza otro reto: inicia sus clases de doctorado y trabaja en una investigación con la NASA con todos los gastos cubiertos, gracias a una generosa beca.
“Cuando mi profesor me dijo que me dieron la beca, no estaba segura si me la estaban dando o no. No entendía nada. Apenas lo terminé de captar, llamé a mi mamá, a mi abuelito, y ellos estaban llorando de la emoción. Parece mentira, no pensé que iba a estar trabajando con la NASA”, contó Román.
La beca cubre los gastos del doctorado, que podría tomar hasta cuatro años, además de un salario para hacer su investigación sin necesidad de buscar un trabajo externo. Según explicó la NASA en un documento, para otorgar esta y otras becas, se basaron en los méritos académicos, científicos, y en el impacto de las propuestas.
Como informó FIU en un comunicado, estas becas “suman más de $600.000 en apoyo de su innovadora investigación a nivel de posgrado durante los próximos tres años. Cada beca ofrece la opción de una extensión de un cuarto año en función de la capacidad de la institución para aprovechar los logros de los primeros tres años, proporcionando más de $200.000 en fondos adicionales”.
Una comunicación más efectiva entre el espacio y la Tierra
Durante varias semanas al año, Román tendrá que ir a una de las bases de la NASA a trabajar en su investigación, prototipos y demás. Ya hizo una presentación de su proyecto a su asesor de la NASA, y ahora realiza simulaciones que le permiten delinear más su estudio.
Su proyecto se aplicaría en el perfeccionamiento de señales que se envían entre las naves espaciales y la Tierra, para que estas sean más eficientes y rápidas.
“A las agencias del gobierno de EEUU solamente le dan una parte pequeña del espectro de radiofrecuencia con la que pueden trabajar. Entonces tienen que buscar una manera de hacer las antenas o los aparatos mucho más eficientes para que haya menos posibilidad de ataques cibernéticos o interferencias”, explicó Román, que propone mejorar el sistema STAR (transmisión y recepción simultánea).
Como detalló la joven, “actualmente se utilizan sistemas que usan dos bandas de frecuencias, o dos bandas de tiempo”, es decir, solo se puede comunicar o recibir, pero tiene que ser en diferentes tiempos. En cambio, “el sistema que queremos mejorar tiene la capacidad de hacer las dos cosas al mismo tiempo”.
Para eso, propone tres diferentes etapas de perfeccionamiento de ese sistema de comunicación. Primero, “mejorar la antena en sí, pues las actuales llegan hasta 25 decibeles y queremos subirlas hasta 60”. Luego, “usar filtros para cancelar señales de interferencia creadas por la propia antena o por objetos que tiene alrededor; porque actualmente el filtro tiene dos niveles o etapas, pero queremos añadir cuatro etapas para que el aislamiento sea más efectivo”. Y el siguiente paso sería hacer estas etapas más moldeables, “que se puedan cambiar esos niveles de filtro y que tenga la capacidad de autocorregirse según el ambiente”.
Aunque ahora se enfoca en este proyecto, Marisol Román también se inclina por la nanotecnología y la potencia (rama que le permite estudiar la energía renovable). “Por mucho tiempo me he interesado en hacer los edificios más sustentables, más inteligentes, más ambientalmente amigables”, contó. En el futuro le gustaría trabajar en el área de las redes eléctricas inteligentes, para lograr una mejor integración de las energías renovables.