Por M. Martin, M. Hatem, Z.Sabah
Saudi Aramco necesitó unos 40 minutos para apagar el fuego causado por un ataque con misiles en un depósito de combustible en la ciudad de Jeddah, en el Mar Rojo, con evidencia que apunta a un sofisticado ataque a la infraestructura energética del reino.
Nadie resultó herido en la explosión o el incendio, y los suministros de la instalación en la segunda ciudad más grande de Arabia Saudita no se interrumpieron, dijo el martes un funcionario de Aramco, que pidió no ser identificado debido a la política de la compañía.
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El ataque, por el que los rebeldes hutíes en el vecino Yemen se atribuyeron la responsabilidad, fue “similar” al de la planta de procesamiento de petróleo Abqaiq de Aramco y el campo Khurais en septiembre de 2019, dijo el funcionario. Los misiles y drones armados destruyeron temporalmente aproximadamente la mitad de la capacidad de producción de petróleo de Arabia Saudita en el ataque del año pasado.
Aramco aún está evaluando el alcance de los daños causados por la explosión, que abrió un agujero de aproximadamente dos metros cuadrados en un tanque de almacenamiento de diesel que contiene alrededor de 480.000 barriles, dijo el funcionario. El depósito cuenta con 13 tanques que contienen diesel, gasolina y jet fuel para distribución nacional. Aramco estaba distribuyendo productos nuevamente tres horas después, dijo el funcionario.
Los hutíes han estado luchando contra el gobierno de Yemen respaldado por las Naciones Unidas en una guerra civil desde 2015, cuando una coalición liderada por Arabia Saudita intervino en un esfuerzo por hacer retroceder los logros de los rebeldes. Con frecuencia disparan misiles hacia Arabia Saudita, algunos de los cuales son interceptados. Utilizaron un cohete Quds 2 en el ataque del lunes, dijo su portavoz, Yahya Saree, en un comunicado.
Arabia Saudita condenó el ataque y dijo que “los actos terroristas y de sabotaje cometidos contra instalaciones vitales tienen como objetivo la seguridad y estabilidad del suministro de energía en el mundo”, informó la Agencia de Prensa oficial de Arabia Saudita.
El misil aterrizó a unas pocas millas del aeropuerto principal de Jeddah y habría viajado al menos 370 millas (595 kilómetros) si hubiera sido disparado desde Yemen, lo que sugiere un alto grado de experiencia por parte de los hutíes.
Los hutíes, un grupo chiíta, también se atribuyeron la responsabilidad de los ataques del año pasado contra Abqaiq y Khurais, que detuvieron temporalmente alrededor del 5% del suministro mundial de petróleo y provocaron que los precios del crudo se dispararan brevemente. La ONU concluyó que esos misiles probablemente provenían de Irán, que respalda a los hutíes.
Los grupos de derechos humanos han documentado repetidos casos de atentados con bombas por parte de fuerzas dirigidas por Arabia Saudita contra objetivos civiles en Yemen, incluidas escuelas y hospitales. La guerra allí ha provocado lo que la ONU describió en 2018 como la peor crisis humanitaria provocada por el hombre en el mundo.