Por World energy trade – 05 de abril de 2024
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La Unión Europea (UE) ha sustituido la dependencia a una forma de gas ruso por otra. En lugar de recibir gas por gasoducto de Rusia desde el este, Europa utiliza ahora GNL ruso importado en sus puertos del oeste.
La UE, que no ha sancionado ni prohibido el gas natural ruso, ha visto aumentar sus importaciones de GNL ruso desde la invasión rusa de Ucrania y la importante reducción de los flujos de gasoductos rusos en 2022.
Aunque los volúmenes de GNL no son tantos como los flujos de gas ruso por gasoducto a Europa antes de la guerra, el bloque es el mayor comprador de GNL de Rusia.
La UE compró casi la mitad de todas las exportaciones rusas de gas natural licuado en febrero de 2024, con China en un distante segundo lugar, comprando el 21% del total de las exportaciones rusas de GNL, mostraron los últimos datos sobre las exportaciones de combustibles fósiles de Rusia compilados por el Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio (CREA).
Más de una décima parte de los anteriores flujos de gasoductos rusos a la UE han sido sustituidos por GNL ruso importado en puertos de Europa Occidental, sobre todo en España, Bélgica y Francia.
El cambio en los flujos de gas ruso muestra que, aunque el suministro por gasoducto se ha reducido drásticamente, y podría caer aún más con el fin de un acuerdo de tránsito de gas a través de Ucrania a finales de 2024, el GNL de Rusia está compensando al menos una parte de las exportaciones perdidas por gasoducto de Moscú.
También demuestra que, ahora mismo, Europa no puede permitirse abandonar el gas ruso, al menos hasta que pueda garantizar su seguridad energética y de suministro de gas para evitar otra crisis energética.
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La Unión Europea no quiere perder de vista al gas ruso
El hecho de que no se prohíban ni las importaciones de gas por gasoducto ni las de GNL procedentes de Rusia, dos años después de que Rusia invadiera Ucrania, muestra el malestar de la UE por perder cualquier suministro de gas, ya que está atenta para evitar un repunte de los precios y una repetición de la crisis energética de 2022.
La Unión Europea tiene el objetivo indicativo y no vinculante de prescindir del gas ruso para 2027. Los funcionarios de la UE han pedido una acción coordinada para reducir las importaciones rusas de GNL, y ningún país por separado ha tomado medidas para prohibirlas.