Por Bloomberg – 27 de agosto de 2024 (Rigzone)
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La producción de petróleo de Libia cayó debido a que las autoridades del este del miembro de la OPEP impusieron un cierre, lo que intensificó una crisis que, según advirtieron las Naciones Unidas, corre el riesgo de colapsar la economía.
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La producción en el campo El-Feel, en el suroeste de Libia, se ha detenido, según personas familiarizadas con el asunto, mientras que los operadores locales están indicando que detendrán gradualmente el bombeo en todo el país.
La medida de congelar toda la producción y las exportaciones anunciada el lunes por las autoridades del este de Libia se produce en respuesta a una decisión del gobierno internacionalmente reconocido en el oeste de reemplazar al gobernador del banco central, Sadiq Al-Kabir.
El país se dividió en dos gobiernos rivales, uno oriental y otro occidental, hace una década, y la administración de la autoridad monetaria otorga el control de miles de millones de dólares de ingresos. Libia, que se encuentra sobre las mayores reservas de petróleo de África, había estado bombeando alrededor de 1,2 millones de barriles diarios durante gran parte del año pasado.
Libia ha estado sacudida por la inestabilidad desde el derrocamiento en 2011 del dictador Muammar Al Qaddafi, y sus recursos energéticos han sido un campo de batalla clave para las facciones que compiten por obtener ventajas políticas, lo que ha provocado frecuentes paros. Se suponía que los combates que comenzaron alrededor de 2014 terminarían con un alto el fuego respaldado por las Naciones Unidas en 2020. Las elecciones prometidas no se llevaron a cabo y Libia se fracturó nuevamente.
Al-Kabir, que dirige el banco central desde 2011 y cuenta con el apoyo de los países del Este en su prolongada disputa personal con el primer ministro Abdul Hamid Dbeibah, que tiene su base en Trípoli, se ha resistido a la decisión de destituirlo. De todos modos, una delegación del gobierno entró el lunes en la sede del regulador en la capital para nombrar a un nuevo líder.
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Los críticos de Al-Kabir afirman que ha administrado mal los ingresos del petróleo. Los habitantes del este de Libia afirman que han sido históricamente marginados durante las décadas de independencia del país, negándoseles una parte justa de la riqueza proveniente de la producción nacional de crudo, que se concentra principalmente en su región.
La misión de la ONU en Libia advirtió contra las “acciones unilaterales” que “tendrán un alto costo para el pueblo libio” y corren el riesgo de “precipitar el colapso financiero y económico del país”. Dijo que está convocando una reunión de emergencia con todas las partes para resolver la crisis, al tiempo que instó a la reanudación inmediata de la producción de petróleo.
Aunque el gobierno del oeste de Libia tiene reconocimiento mundial, su rival oriental tiene el respaldo de Khalifa Haftar, el líder del autodenominado Ejército Nacional Libio, que es la fuerza de combate más poderosa del país y controla franjas del este y el sur.
Haftar, en sus primeros comentarios públicos desde que la crisis estalló en su punto máximo, describió el lunes por la noche las medidas para reemplazar al gobernador del banco central como “medidas ilegales tomadas por partidos políticos que carecían de legitimidad”.
En un intento por desactivar la crisis, las autoridades de Trípoli instaron el martes al este a volver a unirse a un acuerdo negociado por la ONU y trabajar para celebrar elecciones nacionales largamente postergadas antes del 17 de febrero.
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