Por World energy trade   –  28 de agosto de 2024

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Según un informe de S&P Global , los crecientes lazos entre Arabia Saudi y China podrían trasladar el comercio de petróleo entre las dos naciones a la moneda china, el renminbi o mejor conocida como yuan.

Los vínculos económicos estratégicos entre Arabia Saudi y China están transformando el comercio petrolero mundial, en particular a través del creciente uso del renminbi chino ( RMB ) en las transacciones petroleras.

Este desarrollo, a menudo conocido como el petroyuan, representa un cambio notable respecto del predominio del dólar estadounidense en los mercados energéticos mundiales y prepara el escenario para una posible transformación en la forma en que se comercializa el petróleo en todo el mundo.

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Las recientes discusiones sobre el pago por parte de China del petróleo saudí en renminbi han generado expectativas de que una parte importante del enorme comercio de petróleo pronto pueda denominarse en la moneda china. Sin embargo, si bien el concepto de comercio de petróleo basado en yuanes es prometedor, enfrenta desafíos significativos y puede llevar décadas hasta que adquiera sentido, señaló S&P.

Para Arabia Saudi, la perspectiva de un comercio de petróleo basado en el renminbi está estrechamente vinculada a su transformación económica más amplia en el marco de la Visión 2030. Los ambiciosos planes del Reino, que incluyen la diversificación de su economía y el establecimiento de nuevas asociaciones internacionales, podrían ofrecer más salidas para el gasto en yuanes, como la inversión en proyectos de infraestructura como la gigaciudad NEOM de 500 mil millones de dólares y la colaboración con empresas chinas en sectores como la energía renovable y la manufactura.

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Una alianza estratégica

Arabia Saudi, uno de los mayores productores de petróleo del mundo, no ha tenido reparos en cultivar una relación más profunda con China, el mayor importador de crudo del mundo. Esta asociación está impulsada por intereses económicos mutuos.

Para Arabia Saudi, China representa una demanda estable y creciente de sus exportaciones de petróleo, algo crucial para mantener su estabilidad económica y financiar su ambiciosa iniciativa Visión 2030, que apunta a diversificar la economía del reino. Mientras tanto, para China, asegurar una fuente de energía confiable y segura es vital para sostener su rápido crecimiento industrial.

La actual expansión de los vínculos institucionales y financieros, impulsada por Visión 2030, podría abrir nuevos canales para el uso del yuan, como pagos de servicios de ingeniería y construcción chinos en Arabia Saudi o inversiones en proyectos chinos en diversos sectores.

La introducción de contratos de futuros de petróleo crudo denominados en renminbi en la Bolsa Internacional de Energía de Shanghái en marzo de 2018 fue un paso notable hacia el establecimiento de un sistema de fijación de precios del petróleo basado en el yuan. Sin embargo, el progreso ha sido lento, debido principalmente al uso limitado del yuan en el comercio y las finanzas globales.

La fluctuación del tipo de cambio entre el dólar y el renminbi plantea desafíos adicionales. Si el dólar se aprecia frente al yuan, Arabia Saudi y otros países del Golfo con monedas vinculadas al dólar podrían ver reducidos sus ingresos petroleros en moneda nacional cuando se comercien en yuanes.

La idea de liquidar el comercio del petróleo en renminbi se alinea con el fortalecimiento de las relaciones bilaterales entre Pekín y Riad. Estos vínculos se ven reforzados por intereses estratégicos, como la Visión 2030 de Arabia Saudita, que apunta a diversificar la economía del reino más allá del petróleo y establecer nuevas conexiones financieras y culturales con grandes economías globales como China. Esta relación en evolución podría brindar más oportunidades para el uso del yuan y cambiar gradualmente su papel en el comercio bilateral.

A pesar de ello, S&P Global subraya que es poco probable que la mera posibilidad de pagar el petróleo en renminbi conduzca a un aumento significativo de su uso.

Un factor clave es la disposición de los exportadores de petróleo a aceptar la moneda, influida por su capacidad para utilizar los ingresos. El uso limitado del renminbi en el comercio y las finanzas internacionales plantea desafíos, incluidos posibles costos y riesgos cambiarios.

Esta limitación ayuda a explicar por qué el papel del yuan en el comercio petrolero entre Arabia Saudi y China sigue siendo modesto a pesar del interés mutuo. Esta dinámica puede cambiar a medida que evolucione la relación estratégica entre Arabia Saudita y China.

La visita del presidente Xi Jinping a Arabia Saudi en diciembre de 2022 marcó un punto de inflexión, al pasar de una relación centrada principalmente en el petróleo a una asociación más integral.

El renminbi es actualmente la tercera moneda más utilizada en las liquidaciones de financiación comercial SWIFT, con el 5,3% de las transacciones, detrás del 5,9% del euro y lejos de desafiar la participación dominante del 84% del dólar.

A pesar de ello, la dinámica geopolítica, especialmente las crecientes tensiones entre Estados Unidos y China, han dado cierto impulso al yuan como moneda alternativa en el comercio global.

Esta tendencia es evidente en el comercio entre Arabia Saudi y China, donde la participación del petróleo en las importaciones chinas desde Arabia Saudita aumentó al 84% el año pasado, impulsando el superávit comercial del Reino con China a entre 20.000 y 40.000 millones de dólares en los últimos años, frente a entre 5.000 y 10.000 millones de dólares en 2015/2016.

El cambio hacia un comercio petrolero basado en el yuan puede depender de factores no económicos, como consideraciones estratégicas y geopolíticas. La diversificación de las relaciones comerciales mundiales, especialmente entre las economías emergentes, ha llevado a algunos países a explorar alternativas al dólar estadounidense.

Si bien persisten desafíos, podría haber avances graduales en el comercio basado en yuanes, especialmente en sectores distintos del petróleo crudo, como el gas natural y otros bienes comercializados.

El panorama geopolítico y los intereses estratégicos pueden aliviar gradualmente el papel del yuan, aunque sigue siendo incierto cuán rápido o en qué medida esto sucederá.

El compromiso de Arabia Saudita con China podría extenderse más allá del comercio de petróleo, con inversiones significativas en empresas y proyectos chinos que ofrecen otras vías para utilizar los ingresos en yuanes. Si bien existe potencial para el comercio de petróleo en yuanes, este se ve limitado por considerables desafíos económicos y financieros.

El futuro de este comercio probablemente dependerá de la evolución de los lazos estratégicos entre ambas naciones, el desarrollo de nuevos vínculos financieros e institucionales y la gestión de los riesgos asociados.

A medida que estos factores se desarrollen, el renminbi podría asumir gradualmente un papel más destacado en el comercio entre Arabia Saudita y China, aunque se espera que sea un proceso lento e incierto, según la agencia de calificación.

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