Por Oksana Kobzeva
Rusia ha reanudado la construcción del gasoducto Nord Stream 2 con carga política hacia Alemania, colocando tuberías después de una pausa de un año provocada por las sanciones de Estados Unidos, dijo el operador del gasoducto.
El gasoducto, que Washington dice que compromete la seguridad energética europea, se ha convertido en un punto de inflamación en las relaciones entre Rusia y Occidente que se han hundido a mínimos posteriores a la Guerra Fría. El Kremlin ha calificado las sanciones de “competencia desleal”.
La empresa suizo-holandesa Allseas suspendió el tendido de tuberías en diciembre de 2019 tras la amenaza de sanciones de Washington, dejando que Rusia utilice sus propios recursos para construir el gasoducto de 1.230 kilómetros (km), que está diseñado para duplicar los 55.000 millones de metros cúbicos anuales de gas, capacidad del gasoducto Nord Stream existente.
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Los dos gasoductos, que pasan por alto Ucrania, tendrán capacidad para bombear más de la mitad de las exportaciones totales de gas de Rusia a Europa. Las disputas entre Moscú y Kiev por el suministro de gas llevaron a la interrupción de los flujos rusos a Europa en décadas anteriores.
“El buque tendido de tuberías Fortuna colocará una sección de 2,6 km de la tubería en la Zona Económica Exclusiva Alemana en profundidades de agua de menos de 30 m (100 pies)”, dijo Nord Stream 2 en un comunicado.
Agregó que todas las obras de construcción se ejecutarían en pleno cumplimiento de los permisos existentes y proporcionaría información sobre futuras actividades de construcción costa afuera a su debido tiempo.
El consorcio, liderado por el gigante de gas ruso Gazprom, aún tiene que instalar más de 100 km de gasoducto, aunque más del 90% del proyecto se ha completado.
La autoridad marítima de la ciudad alemana de Stralsund ha informado a los cargadores que habrá actividades de tendido de oleoductos del 5 al 31 de diciembre en el área del Mar Báltico donde el Nord Stream 2 tocará tierra.
Los socios occidentales de Gazprom en el proyecto, que se estima que costará 9.500 millones de euros (11.500 millones de dólares) son la alemana Uniper, Wintershall Dea de BASF, la petrolera angloholandesa Shell, la austriaca OMV y Engie.
