Por New Atlas

Con el movimiento hacia la aviación eléctrica vienen nuevas oportunidades para explorar cómo sería un tren de potencia, y Airbus está experimentando con un nuevo diseño que construye unidades enteras de propulsión de hidrógeno, tanques y todo, en cápsulas desmontables a lo largo de las alas.

Cada una de las seis cápsulas a lo largo de las alas del concepto ZEROe incluye un tanque de hidrógeno líquido, un sistema de refrigeración, una pila de combustible, electrónica de potencia, motores eléctricos, una hélice compuesta ligera de ocho aspas y todo el equipo auxiliar necesario para hacerla funcionar como una unidad de propulsión autónoma.

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Curiosamente, no se menciona una batería de reserva, pero los aviones convencionales como éste utilizan la energía de manera constante y previsible, por lo que un pequeño desfase entre el acelerador y las hélices a medida que la pila de combustible se pone al día podría no ser un problema.

No sólo estas cápsulas pueden desprenderse fácilmente de las alas (no demasiado fácilmente, esperemos), sino que el equipo de ZEROe quiere hacerlas altamente modulares, para que puedan ser desmontadas rápidamente para el mantenimiento, las pruebas y el simple intercambio de componentes.

¿Por qué el hidrógeno?

Bueno, podemos ver algunas ventajas. Con el hidrógeno líquido viene una densidad de energía que rivaliza, o incluso excede el combustible de aviación para vuelos de largo alcance, pero con cero emisiones locales y el potencial de llenar el tanque con energía renovable neutra en carbono. No es una tarea fácil para los fabricantes mirar hacia el hidrógeno para una aviación limpia.

¿Por qué cápsulas extraíbles?

Pues porque al pasar a un sistema eléctrico le da la oportunidad de separar los sistemas de propulsión en unidades independientes, ofreciendo una excelente redundancia.

Si algo va mal con una cápsula de propulsión, puedes apagarla completamente o incluso tirarla al agua, dejando que el controlador de vuelo vuelva a equilibrar el empuje de las cápsulas restantes.

También libera un espacio considerable en la cabina; a las compañías aéreas les encanta llenar los espacios con la mayor cantidad de gente como sea posible, y mover los tanques de combustible y todo el tren motriz fuera de ese bloque significa asientos extra y capacidad de carga extra.

Y por supuesto, hacer de cada uno un tren de potencia completo los hace ultra intercambiables, por lo que cualquier problema puede ser manejado a gusto del operador sin tener que sacar el avión de servicio. Sólo hay que poner uno de repuesto mientras el otro está en el taller.

Aunque Airbus ya ha patentado este diseño, es sólo uno de los muchos conceptos que la compañía está evaluando para el programa ZEROe.

“Esta configuración de la cápsula es un gran punto de partida para alimentar la investigación sobre cómo podemos ampliar la tecnología del hidrógeno a los aviones comerciales”, dice Glenn Llewellyn, Vicepresidente de Airbus de Aviones de Emisión Cero.

“Esta es una opción, pero muchas más serán conceptualizadas antes de hacer una selección final, una decisión que se espera para el 2025.”

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