Por World energy trade    –  19 de septiembre de 2024

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La noche del miércoles, Ecuador quedó parcial y temporalmente a oscuras con el inicio de un nuevo período de apagones programados debido a la crisis energética que arrastra, por la severa sequía que se registra en sus principales centrales hidroeléctricas, lo que impide abastecer la demanda nacional de electricidad.

Desde las 22:00 hora local (3:00 GMT) hasta las 6:00 hora local (11:00 GMT) del jueves, las luces del país se apagaron en apagones programados en zonas con duraciones que oscilan entre dos y cinco horas.

Estos apagones se repetirán al menos cuatro noches más, de lunes a jueves de la próxima semana, según ha anunciado el Gobierno, que ha definido la situación como «la peor estación seca de los últimos 61 años», en la que la falta de lluvias ha provocado que el nivel de agua de los principales embalses descienda a niveles críticos.

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Se trata del tercer periodo de apagones en menos de un año, tras uno a finales de 2023 y otro a mediados de abril de este año, debido a factores climáticos que afectaron a sus principales centrales hidroeléctricas.

A diferencia de esos periodos anteriores de racionamiento eléctrico, en los que los cortes de luz se realizaban durante el día, esta vez tendrán lugar por la noche, ya que el Gobierno considera que así el impacto será menor.

La Cámara de Industrias y Producción (CIP) sostiene que cada una de estas noches de cortes implicará pérdidas por 20 millones de dólares.

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La crisis energética en Ecuador
Durante las horas del apagón se declaró toque de queda en las seis provincias y un municipio de una séptima provincia donde aún está vigente el último estado de excepción decretado por el presidente Daniel Noboa para enfrentar a las bandas del crimen organizado, cuya lucha el mandatario elevó a la categoría de «conflicto armado interno» a inicios de año para calificarlas como grupos terroristas.

Los territorios con toque de queda incluyen algunas de las principales ciudades de Ecuador, como la portuaria Guayaquil, la más poblada del país, y la costera Manta, en la provincia de Manabí.

En el resto de las jurisdicciones sin toque de queda, fuerzas policiales y militares se desplegaron en las calles para patrullar bancos, estaciones de servicio y prisiones, entre otros puntos críticos.

En total, más de 46.000 policías y 31.000 militares fueron desplegados en esta primera noche, según cifras del Gobierno, que también estableció puestos de control en las entradas y salidas de las principales ciudades.

Sólo las islas Galápagos, situadas a 1.000 kilómetros al oeste de la costa continental de Ecuador, quedaron exentas de los cortes de electricidad programados en todo el país. El archipiélago se abastece independientemente del sistema eléctrico nacional de Ecuador, principalmente mediante generadores de combustión.

Matriz eléctrica dependiente del agua
Más del 70 % de la matriz de generación eléctrica de Ecuador consiste en energía hidroeléctrica, basada principalmente en la central Coca Codo Sinclair, la mayor del país con 1.500 megavatios de potencia, y el embalse de Mazar, el segundo mayor de Ecuador, que alimenta un complejo de tres centrales hidroeléctricas que suman otros 1.757 megavatios de potencia.

Cualquier daño en estas dos infraestructuras deja vulnerable al sistema eléctrico del país para atender la demanda nacional, que en algunos momentos de crisis se ha solventado gracias a la importación de electricidad suministrada por Colombia.

Desde el miércoles, las Fuerzas Armadas han tomado el control de la central Coca Codo Sinclair y del embalse de Mazar por instrucciones de Noboa, que teme un posible sabotaje del funcionamiento de estas instalaciones en un momento de máxima crisis.

A principios de este mes se produjo un apagón en once de las veinticuatro provincias ecuatorianas que duró varias horas debido a una avería en la central hidroeléctrica de Paute, según la estatal Operadora Nacional de Electricidad (Cenace). A la sequía se suma la falta de mantenimiento e inversión en el sector eléctrico desde hace más de cinco años.

Para hacer frente a esta situación, el gobierno ha puesto en marcha procesos de contratación y arrendamiento de generación eléctrica.

Desde el lunes funciona una planta eléctrica flotante arrendada a la empresa turca Karpowership, del grupo energético Karadeniz, que genera 100 megavatios, mientras que en las próximas semanas se espera arrendar un segundo barco de similares características con capacidad de 250 megavatios.

Con información de El Periódico de la Energía.

Foto tomada de pixabay.com

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