Por OILPRICE
Cuando el ministro de Energía de Arabia Saudí, el príncipe Abdulaziz bin Salman, anunció que Arabia Saudí ya no era un país productor de petróleo, es probable que no lo dijera literalmente.
“Arabia Saudí ya no es un país petrolero, es un país productor de energía”, dijo el ministro de Energía a S&P Global Platts esta semana.
Arabia Saudí tiene grandes ambiciones ecológicas que incluyen la producción de gas, las energías renovables y el hidrógeno.
“Insto al mundo a que acepte esto como una realidad. Vamos a ser ganadores de todas estas actividades”.
Arabia Saudí se beneficiará sin duda de la transición verde. Mientras las empresas Exxon, Chevron y Shell esperan a que los activistas del clima cumplan con sus obligaciones en la sala de juntas y en los tribunales, las empresas no petroleras, en particular las de varios países de la OPEP, están muy dispuestas a aprovechar lo que seguramente será un aumento de los precios del petróleo.
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Arabia Saudí ya ha subido su precio de venta oficial para el mes de julio a Asia.
Pero eso no impide que Arabia Saudí persiga sus ambiciones ecológicas -la Saudi Green Initiative- mientras financia esas ambiciones ecológicas mediante la venta de petróleo. Arabia Saudí planea generar el 50% de su energía a partir de energías renovables para 2030, en parte para reducir su dependencia del petróleo. En 2017, las energías renovables representaron solo el 0,02% de la cuota energética global de Arabia Saudí.
Pero eso no significa que Arabia Saudí tenga previsto producir menos barriles de petróleo. Y no significa que Arabia Saudí esté planeando detener la financiación de todos los nuevos proyectos de petróleo y gas, como el reciente informe demoledor de la AIE que ha sugerido que el mundo debe detener la inversión en los combustibles fósiles para alcanzar la neutralidad climática en 2050. Arabia Saudí mantiene desde hace tiempo que el petróleo seguirá siendo la fuente de energía dominante durante décadas.
El Ministro de Energía de Arabia Saudí dijo que el camino hacia la energía limpia de la AIE, descrito en su último informe, es como una secuela de La La Land. De hecho, varios países productores y consumidores de petróleo han rechazado el informe.
Los ingresos por petróleo de Arabia Saudí -que financiarán las aspiraciones ecológicas del país- han disminuido en el último año y medio, y el gigante petrolero estatal Aramco ha tenido que vender bonos sólo para pagar sus cuantiosos dividendos al Estado.
No obstante, el mayor exportador de crudo del mundo afirma que ya no es un país productor de petróleo.