Por Juan Bosch
Argentina tiene energía y la posibilidad de relacionarse con los principales mercados del mundo. Es preciso identificar los recursos con que se cuentan y cómo podrían aprovecharse, no solo internamente sino también cruzando fronteras. Un ejemplo de ello es el excedente de gas natural que produce Argentina en el verano y no es requerido por la demanda interna.
Comprendiendo esta necesidad, SAESA decidió adquirir la Central Térmica Uruguaiana ubicada en el estado Rio Do Sul que generará energía para alimentar el mercado energético brasilero mientras que es suministrada con gas argentino proveniente de vaca muerta.
Para entender el trasfondo, hay varios factores que analizar. Argentina cuenta con gasoductos de exportación operativos que permiten llevar gas a Chile, Uruguay y Brasil. La Integración Energética con los países vecinos ya existe y tiene mucha capacidad ociosa, hay centrales que están literalmente hibernando y se están desperdiciando muchos recursos por no ponerlas en marcha. El desafío está en generar el marco para ordenar el consumo interno y empezar a mirar con atención al mercado externo para reactivar un nexo comercial estratégico. Es fundamental generar acuerdos sólidos, con proyección a largo plazo que generen nuevas iniciativas para el sector, particularmente del gas natural y las energías renovables.
Mucho se habla sobre la necesidad de obtener divisas. Una de las formas es comercializando excedentes de gas natural que produce el país y que podrían colocarse a precios muy atractivos en países vecinos. En ese sentido, una buena y esperanzadora noticia es la recuperación de la Central Térmica Uruguaiana (CTU), ubicada en el estado de Rio Grande do Sul (Sur Brasileño, capital Porto Alegre) que contribuiría a dar sustentabilidad al sistema energético sur brasileño con el remanente de gas argentino. Está compuesta por tres unidades de generación que funcionan en ciclo cerrado. Se trata de dos turbinas de gas y una de vapor, sumando una potencia de 640 MW para el conjunto.
Construida a comienzos de la década del 2000, CTU cumple un propósito energético estratégico tanto para Argentina como para Brasil. Funcionando mayormente en un período estival extendido, proveería de energía eléctrica al Sur Brasileño en su momento de mayor demanda, a la vez que toma gas argentino en su pico de oferta y cuando no hay demanda en local. CTU es capaz de utilizar hasta 2,5 MM m3 de gas natural por día. Recientes estudios de actores energéticos argentinos hablan de la extensión del gasoducto hasta Porto Alegre para ampliar ese número a 10 MM m3 por día. Hoy CTU representa para Argentina la oportunidad de: generar exportaciones e ingresar divisas por decenas de millones de dólares al año; aplanar la curva de demanda de gas argentina capturando excedentes de verano; fomentar y viabilizar inversiones en producción y transporte de gas, respetar y priorizar las necesidades de gas internas.
Argentina se encuentra ante la oportunidad de potenciar y aumentar la mano de obra, un factor muy relevante para dinamizar el funcionamiento de la economía. En cuanto al largo plazo, esta iniciativa constituye el puntapié inicial para la implementación de proyectos como el gasoducto a Puerto Alegre, gran foco de demanda de gas natural.
Por eso, contar con la logística, los profesionales, el conocimiento y los vínculos comerciales sólidos traerá beneficios en el plano local e internacional al mismo tiempo que fomentará un crecimiento económico sustentable. Las condiciones están dadas: un mundo conectado y colaborativo es posible.