Por World energy trade – 10 de diciembre de 2024
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En el panorama cada vez más exigente de la energía sostenible y el almacenamiento eficiente, una innovadora tecnología está revolucionando la forma en que almacenamos y distribuimos la energía.
Las termobaterías, también conocidas como “baterías térmicas”, están emergiendo como una prometedora alternativa a las baterías de ion de litio, tradicionalmente dominantes en el campo del almacenamiento de energía. Esta innovadora solución podría desafiar el dominio del ion de litio y abrir nuevas posibilidades para el futuro de la energía almacenada.
Este avance tecnológico podría transformar el almacenamiento de energía renovable, permitiendo almacenar electricidad durante horas de producción máxima y liberarla cuando sea necesaria.
Las termobaterías utilizan materiales como ladrillos o grafito para almacenar calor a temperaturas superiores a 3000 grados Fahrenheit, que luego se libera según sea requerido.
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Empresas como Rondo Energy están liderando esta revolución, construyendo sistemas comerciales de termobaterías. Estas innovadoras soluciones podrían reducir significativamente los costos de almacenamiento de energía, facilitando aún más la integración de fuentes de energía renovables en la matriz eléctrica.
«La energía eólica y solar intermitente se está convirtiendo en las formas de energía más baratas que el ser humano ha conocido jamás, y ahora se utiliza todo tipo de almacenamiento de energía para aprovecharla, para impulsar el transporte, para impulsar la red eléctrica», afirma John O’Donnell, fundador y director de innovación de Rondo Energy. «Las baterías térmicas son una forma fundamentalmente nueva de almacenar energía a una pequeña fracción del costo».
Las baterías térmicas podrían transformar el almacenamiento de energías renovables y ofrecer una alternativa más barata y escalable a la tecnología de iones de litio.
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Las baterías térmicas almacenan el exceso de electricidad en forma de calor en materiales como ladrillos o grafito, que pueden alcanzar temperaturas superiores a los 3.000 grados Fahrenheit.
El calor almacenado puede liberarse cuando sea necesario, por lo que las baterías térmicas son ideales para alimentar la fabricación de acero, cemento y productos químicos.
«Lo que hace una batería térmica es absorber electrones limpios y baratos de la energía eólica y solar, almacenarlos en forma de calor y suministrar esa energía más tarde a un cliente industrial», explica Justin Briggs, director de operaciones de Antora Energy.
Rondo Energy construyó su primera batería de calor comercial en el Valle Central de California, en Calgren Renewable Fuels. El sistema almacena energía solar durante el día y suministra calor a alta temperatura 24 horas al día, 7 días a la semana.
«Utilizamos materias primas no refinadas, como ladrillos de arcilla», explica O’Donnell. «Una libra de ladrillo almacena más energía que una libra de batería de iones de litio, a menos del 10% del coste».
Para 2027, Rondo Energy planea ampliar la producción a 90 gigavatios-hora anuales, una escala que podría reducir 12 millones de toneladas de emisiones de dióxido de carbono al año. Según la empresa, eso equivale a retirar de la circulación 4 millones de coches de gasolina.
A pesar de lo prometedoras que resultan, las baterías térmicas se enfrentan a obstáculos como una elevada inversión inicial y la falta de familiaridad de los usuarios industriales.
«El mayor obstáculo es convencer al mercado de que esta tecnología está disponible», afirma O’Donnell.
Foto tomada de pixabay.com