Por ENRIQUE PIZARRO – 11 de abril de 2022 (Cronista)
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El Banco Central sigue convalidando un avance más rápido para el tipo de cambio oficial. Economistas analizan los efectos que puede generar sobre los rendimientos en pesos y las reservas.
El Banco Central (BCRA) sigue acelerando el ritmo de la devaluación diaria sobre el tipo de cambio oficial. Desde el inicio de abril, la cotización de la divisa en el mercado formal ha estado avanzando a una velocidad del 4% mensual, lo que implica una clara aceleración respecto a lo observado en los meses anteriores.
Los economistas destacan que este ritmo, que representa una velocidad promedio del 60% anual, supera las tasas de la política monetaria. En base a ello, algunos plantean que, de seguir devaluando a este ritmo, el BCRA debería volver a subir las tasas de interés.
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No obstante, otros especulan con que la autoridad monetaria no convalidará otro incremento de las tasas de interés, luego de haberlo hecho tres veces en lo que va de este año. Sobre todo, teniendo en cuenta el impacto negativo que tendría sobre la actividad económica, el consumo y el costo de la deuda del Central.
PRESIÓN DEL DÓLAR A LAS TASAS
De acuerdo con Andrés Reschini, de F2 Soluciones Financieras, si el Central sigue devaluando a este ritmo, aquellos exportadores que tienen que liquidar sus dólares, principalmente los del sector del agro, preferirían retrasar esos ingresos de divisas, lo cual afecta al mercado cambiario y a la acumulación de reservas del BCRA.
“Cuando la tasa de devaluación oficial la gana a la tasa de interés en pesos, a los exportadores que tienen que liquidar dólares les conviene financiar sus necesidades en pesos y retrasar las ventas. Y a los que tienen que importar, les conviene adelantar las compras y también financiarse en pesos”, explicó el economista Gabriel Caamaño.
Reschini calculó que, asumiendo que la devaluación del tipo de cambio oficial se mantenga a este ritmo y el mes termine con un avance del 4% de punta a punta, el BCRA tendría que convalidar un alza de cuatro puntos porcentuales para que las Leliq el ganen por poco al dólar y queden con una tasa efectiva anual del 61%.
Por su parte, Federico Furiase, director de Anker, destacó que el Gobierno tiene el compromiso de mantener una tasa real positiva y de no atrasar el tipo de cambio real, en el marco del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Pero, en base a los altos niveles de inflación, prevé que será muy difícil que pueda cumplirlo.
“Hay una restricción agresiva a la suba de las tasas, por la acumulación de deuda del Banco Central en los pasivos remunerados. Por cada punto de suba de tasa de política monetaria, el costo adicional en el pago de intereses de emisión monetaria endógena es 0,1 puntos del Producto Bruto Interno (PBI)”, afirmó Furiase.
El especialista agregó que no cree que el BCRA lleve el ritmo de la devaluación a la par con el avance de los precios de la economía porque, ante estos elevados niveles de inflación, la entidad priorizaría “no sumarle combustible a una inercia inflacionaria complicada y asumiría el costo de apreciar el tipo de cambio real en el corto plazo”.
En ese sentido, el director de Anker señaló que la autoridad monetaria podría preferir esperar a que después la inflación logre ceder y así “ganar un poco de colchón cambiario”, por lo cual estimó que el avance de los precios “le va a ganar a las tasas de interés y a la devaluación del tipo de cambio oficial”.