Por Oil Channel
Estados Unidos está estudiando la posibilidad de restringir las ventas de petróleo iraní a China mientras se prepara para la posibilidad de que Teherán no regrese a las conversaciones nucleares o adopte una línea más dura cuando lo haga.
Washington dijo a Pekín a principios de este año que su principal objetivo era reactivar el cumplimiento del acuerdo nuclear con Irán de 2015 y que, suponiendo que se produjera un retorno oportuno, no había necesidad de castigar a las empresas chinas que violaran las sanciones estadounidenses comprando crudo iraní, así informó un funcionario estadounidense.
Esa postura está cambiando dada la incertidumbre sobre cuándo puede reanudar Irán las conversaciones indirectas en Viena y si el presidente electo de Irán, Ebrahim Raisi, está dispuesto a retomar las conversaciones donde terminaron el 20 de junio o si exigirá un nuevo comienzo.
El funcionario estadounidense, que habló bajo condición de anonimato, dijo a Reuters que “Si estamos de vuelta en el JCPOA, entonces no hay razón para sancionar a las empresas que están importando petróleo iraní”, esto en referencia al Plan de Acción Integral Conjunto de 2015 (Joint Comprehensive Plan of Action – JCPOA) bajo el cual Irán frenó su programa nuclear a cambio del alivio de las sanciones económicas.
“Si estamos en un mundo en el que la perspectiva de un retorno inminente al JCPOA parece desvanecerse, entonces esa postura tendrá que ajustarse”, añadió el funcionario.
The Wall Street Journal informó por primera vez que Washington estaba considerando endurecer la aplicación de sus sanciones a Irán, especialmente contra China.
Los refinadores chinos son los mayores importadores de petróleo iraní. Las importaciones chinas de crudo iraní han alcanzado una media mensual de entre 400.000 y 650.000 barriles al día este año, según la empresa de inteligencia de datos Kpler, y los volúmenes de mayo alcanzaron casi un millón de bpd.
Reuters informó que la empresa de logística China Concord Petroleum Co ha surgido como un actor central en el suministro de petróleo sancionado de Irán y Venezuela.
El hecho de que los funcionarios estadounidenses estén insinuando una posible represión puede ser una amenaza velada de que Washington tiene formas de exigir un precio a Teherán, dijo Robert Einhorn, analista de Brookings Institution.
Esto probablemente sea para enviar una señal a Raisi de que, si los iraníes no se toman en serio el regreso al JCPOA, Estados Unidos tiene opciones y tendrá su costo.
La reacción de Pekín, cuyas relaciones con Washington son tensas por cuestiones que van desde los derechos humanos hasta el Mar de China Meridional, dependerá de si culpa a Irán o a Estados Unidos del estancamiento de las conversaciones, dijo Einhorn.
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A la espera del nuevo presidente iraní
Un funcionario iraní dijo que depende del líder supremo de Irán cuándo se reanuden las conversaciones, sugiriendo que esto podría ocurrir cuando Raisi asuma el poder el 5 de agosto o unas semanas después. También dijo que no estaba claro si el principal negociador nuclear de Irán, Abbas Araqchi, se quedaría.
Se debe esperar a que el nuevo presidente tome posesión y decida si quiere cambiar el equipo negociador o no. Sin embargo, parece que el Dr. Araqchi no será cambiado, al menos durante el periodo de traspaso, dijo este funcionario bajo condición de anonimato.
Un segundo funcionario iraní dijo que Raisi y su equipo nuclear insisten en empezar de cero y se niegan a retomar las conversaciones donde terminaron en junio.
Según, el nuevo presidente quiere sus propios términos y condiciones y tiene más exigencias como mantener el enriquecimiento al 60% o la cadena de centrifugadoras avanzadas y no desmantelarlas como exige Washington.
La incertidumbre está obligando a Estados Unidos a examinar nuevos enfoques, a pesar de que funcionarios estadounidenses y europeos han dicho que no hay buenas opciones para revivir el JCPOA.
“Si llegáramos a la conclusión de que las conversaciones se están alargando demasiado y no tenemos una idea de si van a llegar a un resultado positivo, entonces, por supuesto, tendríamos que echar un nuevo vistazo a nuestra aplicación de sanciones, incluyendo a las entidades chinas que estaban comprando petróleo iraní”, dijo el funcionario estadounidense, negándose a predecir el momento de cualquier decisión.
“No es… blanco o negro”, dijo. “La tomaremos en función del tiempo que tarde Irán en volver y de la postura que adopte si vuelve y cuando lo haga”.