Por NEW ATLAS
¿Una alternativa ecológica al humilde jetpack de queroseno? Un vídeo publicado recientemente muestra a un australiano elevándose por encima del suelo con un equipo de vuelo personal eléctrico de dos rotores al que llama Copterpack. Es voluminoso, pero parece sorprendentemente estable y controlable.
Su construcción es más parecida a la del Martin jetpack, fabricado en Nueva Zelanda, que del JetCat, un equipo impulsado por una turbina, que han pilotado los cuatro grandes pioneros del vuelo personal -Yves Rossy, David Mayman, Franky Zapata y Richard Browning-, a los que el sitio web New Atlas ha seguido de cerca durante la última década.
Utiliza sólo dos rotores, pero bastante grandes, con diámetros de alrededor de 90 cm. Se conectan a través de lo que parecen ser tubos de fibra de carbono a una mochila de estructura rígida con unos paquetes de baterías colgados por debajo y un par de reposabrazos planos con controles manuales.
Mientras que los drones con cuatro o más rotores son capaces de autoestabilizarse y conseguir autoridad de control simplemente variando las velocidades de sus rotores fijos, esta disposición de dos rotores lo hace girando estos para vectorizar el empuje.
Para visualizar nuestro portafolio de cursos
ingresa dando click acá
Y la disposición aquí parece sorprendentemente fácil de pilotar. El piloto despega de forma estable y controlada, se eleva hasta una altura francamente aterradora sobre una playa, y luego demuestra el movimiento hacia delante y hacia los lados del Copterpack y el control de la guiñada con algunos giros de aspecto ligeramente agresivo antes de aterrizar muy suavemente.
Dado el pequeño tamaño del paquete de baterías y los conocidos problemas de densidad energética de las baterías de litio, no esperamos que permanezca en el aire mucho tiempo. Este es probablemente el principal factor que explica su aspecto tan poco atractivo; los rotores de gran diámetro producen elevación de forma más eficiente que los más pequeños, por lo que el Copterpack necesita estos grandes ventiladores hasta que el almacenamiento de energía se convierta en un problema resuelto.
En cuanto a la seguridad, su configuración de dos rotores no ofrece nada de redundancia, el piloto está apostando su vida a la fuerza de esos dos tubos de carbono, y su equipo de seguridad es poco probable que haga mucho en caso de una caída de 15 metros.
Aun así, el conjunto parece sólidamente construido, y el vuelo en sí es muy impresionante.