Por World energy trade – 11 de septiembre de 2024
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¿Quieres ahorrar energía en casa?No necesitas hacer grandes inversiones ni desmejorar tu calidad de vida para disminuir tu consumo energético. Aquí te dejamos 7 consejos que te ayudarán a economizar.
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Utiliza dispositivos como regletas y termostatos para regular el gasto eléctrico
El primer y más valioso consejo que podemos darte es que incorpores pequeños dispositivos de control eléctrico en tu vivienda, ya que estos te ayudarán a minimizar el consumo fantasma o stand by.
Verás, entre el 7% y el 11% del consumo energético de tu vivienda es por consumo fantasma: aquel que se produce cuando un aparato eléctrico o electrónico no está en uso, pero al estar conectado a la toma de corriente hace que haya un gasto permanente de energía. Y este se incrementa si el aparato está en «modo ahorro».
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Por eso te recomendamos que apagues por completo cualquier dispositivo que no estés usando (como ordenadores, consolas, televisores) y que, en paralelo, usesregletas con interruptores.
Este tipo de regletas te permiten cortar por completo la transferencia de electricidad sin necesidad de desconectar cada aparato.
Otro dispositivo que puedes instalar en tu casa son los termostatos de atenuación de luz. Estos te permiten regular la intensidad de las bombillas y lámparas, para así no utilizar más iluminación de la indispensable.
Claro que existen muchos otros dispositivos más sofisticados y eficientes, pero el objetivo es mantenernos en hacer pequeños cambios para obtener ahorros sin grandes inversiones.
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Haz limpieza tus electrodomésticos y aparatos eléctricos
Aunque parezca que la limpieza no tiene relación con el ahorro energético, la verdad es que sí.
Comencemos por lo evidente: deshazte de aquellos alimentos que ya no están aptos para el consumo y que siguen en tu refrigerador, limpia paredes, gavetas y rejillas. Desengrasa el horno, airfryer, el microondas y las campanas extractoras.
La acumulación de residuos hace que haya una mayor demanda de energía para poder alcanzar y mantener las temperaturas adecuadas de los electrodomésticos.
También es importante que retires el polvo que se acumula en la parte trasera de los aparatos. Las capas de polvo hacen que los electrodomésticos se calienten y que necesiten más energía para trabajar (sin contar que disminuye su vida útil).
En cuanto a los aires acondicionados y sistemas de ventilación: limpia los filtros y sustitúyelos cuando corresponda. Si hay algún problema con los filtros estos sistemas deben consumir más energía para cumplir sus funciones.
BONUS: no olvides limpiar lámparas y bombillas. El polvo bloquea la intensidad de la luz, exigiendo más iluminación artificial.
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No te saltes el mantenimiento de calderas y radiadores
Por lo general las personas piensan que pagar una cuota de mantenimiento es un gasto y no una inversión. Mucho menos un ahorro…
Sin embargo, los mantenimientos están diseñados para preservar la integridad de los usuarios y para mantener en estado óptimo todo el sistema. Esto significa prevenir gastos mayores e inesperados.
Por ley, los sistemas de gas deben ser inspeccionados cada 5 años, mientras que las calderas deben pasar por revisiones periódicas cada 2 años. Esto quiere decir que es una obligación del consumidor garantizar que los mantenimientos se lleven a cabo cuando corresponde.
Como usuario, lo que debes esperar de los mantenimientos de calderas y radiadores es la limpieza de los aparatos y sus conductos, y sustitución de piezas defectuosas. También la purga y el desempañado de los radiadores si lo requieren.
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Elimina cualquier fuente de humedad
Cualquier pequeño hoyo o ranura por donde se pueda filtrar el agua del exterior, una puerta o ventana que no cierra bien o estancias con poca ventilación pueden generar humedades y pérdidas de energía.
Sin importar cuál sea la fuente de la humedad, debes corregirla lo antes posible para que no genere daños estructurales ni gastos energéticos innecesarios.
Las viviendas con problemas de humedad consumen más energía para mantener la temperatura de confort dentro de las estancias, en especial durante el invierno, ya que la presencia del agua provoca más frío y la calefacción debe trabajar continuamente para conservar el calor.
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Mantén grifos y tuberías libres de cal
El agua corriente sanitaria está cargada de cal que va obstruyendo nuestros grifos y tuberías.
Al tener una presión de agua limitada se eleva el consumo energético porque la caldera debe trabajar durante más tiempo para mantener el agua en circulación y así garantizar que podamos obtener la cantidad de agua caliente que necesitamos.
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Utiliza bombillas LED y aprovecha la luz natural
Las bombillas LED destacan frente a las incandescentes, halógenas y fluorescentes, ya que requieren solo el 20% de la energía para ofrecer la misma luminosidad, lo que implica un consumo energético de, alrededor, ocho veces menos.
Además, las bombillas LED tienen la ventaja de emitir muy poco calor, lo que significa que no afectan la temperatura del ambiente cuando están en uso.
Otra ventaja importante es su durabilidad y eficiencia lumínica. Una bombilla LED puede funcionar entre 35.000 y 50.000 horas, mientras que las bombillas incandescentes y fluorescentes tienen una vida útil mucho más corta, de aproximadamente 1.200 y 6.000 horas, respectivamente.
Y si al uso de bombillas eficientes le sumas el máximo aprovechamiento de la luz natural, verás cómo tu factura de la luz comienza a bajar. Así que no dudes en subir las persianas y correr las cortinas durante el día.
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Usa el lavavajillas y la lavadora en modo eco o rápido
Si tienes un lavavajillas, procura utilizarlo con carga completa, sin restos de alimentos y con agua a temperatura templada (cuando no hay residuos grasos). Este cambio te permite reducir el consumo eléctrico en un 10%.
Lo mismo se aplica a la colada: selecciona el ciclo ecológico de tu lavadora y asegúrate de que utiliza agua fría.
Como ves, en cada detalle de nuestra cotidianidad se pueden hacer ajustes para conseguir ahorros energéticos. También queda comprobado que no hacen falta grandes reformas ni inversiones, sólo la disposición de tener un consumo consciente.