Por Fernando Nolé
La pandemia del coronavirus y las falencias en materia de política energética han provocado que las exportaciones de gas a Chile se hayan cortado este año, mientras que la producción local de ese combustible y de petróleo hayan caído en julio un 7% y un 12,2% respectivamente.
Precisamente, especialistas en el área energética resaltan nuevamente un retroceso en materia energética y advierten que lo más preocupante será a mediano plazo la falta de inversión.
“Estamos otra vez muy mal en energía, en un verdadero retroceso. A las distribuidoras, sean de gas o electricidad, no le dan los costos para pagar y si no fuera por los subsidios, írían directamente a la quiebra”, advirtió Jorge Lapeña, ex secretario de Energía.
Precisamente, en las últimas horas se conocieron cifras del Instituto Mosconi en el cual se consigna que la producción de petróleo durante julio se redujo un 7% interanual, la de gas natural disminuyó 12,2% frente a mismo mes de 2019, en ambos casos por los efectos limitantes del aislamiento social sobre la actividad hidrocarburífera y a un nivel de demanda notablemente inferior.
El trabajo consigna que la producción de petróleo convencional (77% de la producción) en julio cayó 15,2% interanual y se redujo 7,9% durante los últimos doce meses, pero en cambio la producción no convencional (23% del total) centrada en la formación de Vaca Muerta se incrementó 29,2% interanual y 37,4% en doce meses.
“El sector energético argentino está fuertemente impactado por la caída de la demanda y de los ingresos provocados por la pandemia”, Jorge Lapeña.
Por otra parte, la producción de gas disminuyó 12,2% interanual y 2,6% año contra año. En julio, la producción de Gas convencional (57% del total) se redujo 11,9% interanual y 7,7% en los últimos doce meses, mientras que la no convencional se redujo 12,5% interanual, aunque se incrementó 4,9% anual representando el 43% del total producido.
La producción gasífera convencional y la variante no convencional Tight Gas, que representan el 75% de la producción de la producción, disminuyen 6,6% anual.
Por otro lado, Lapeña resaltó que “el sector energético argentino está fuertemente impactado por la caída de la demanda y de los ingresos provocados por la pandemia de Covid19”.
“Ello transformó en agudas a las deficiencias estructurales con las cuales convive el sector en forma crónica en los últimos cuatro lustros. Es conocido que la Energía se ha convertido en voraz demandante de Subsidios del Tesoro”, expresó el especialista.
“Está claro que nuestro sector energético en ausencia de esos subsidios estatales crecientes y sobreprecios a los consumidores no lograría subsistir y se encaminaría a la quiebra y al cierre definitivo. Esto explica por qué, más allá de la grieta política que divide al país, hubo consenso entre quienes demandan subsidios (las empresas, los sindicatos y los gobernadores de provincias petroleras) y el propio Gobierno nacional que otorgó estos subsidios muchas veces a contramano de lo que establece la legislación aplicable”, resumió el ex secretario de Energía.
Por último, Lapeña puntualiza que “se puede afirmar que en ausencia de un Programa Energético nacional de incremento de la productividad y reducción de costos, esta situación de uso intensivo de Subsidios del Tesoro y sobreprecios a los consumidores cautivos continuará en forma creciente y desordenada, por lo menos hasta que se recupere la demanda interna de combustibles líquidos -que ha caído un 28,2% durante los primeros cuatro meses de cuarentena-, y la demanda mundial haga lo propio”.
“Nuestro sector energético en ausencia de esos subsidios estatales crecientes y sobreprecios a los consumidores no lograría subsistir”, Jorge Lapeña.
Y como puntos muy preocupantes para tener en cuenta, el ex funcionario señaló que la situación económico – financiera de la empresa YPF es sumamente delicada; la empresa Metrogas (propiedad de YPF) ha dejado de pagar el gas natural que distribuye a los consumidores en el AMBA alegando que la caída de la demanda, el incremento de la morosidad de la clientela en el pago de facturas y el congelamiento tarifario impuesto por el Gobierno nacional hace inviable el funcionamiento empresario.
“Si esta situación de Metrogas se extendiera al resto de las 9 Distribuidoras de gas en Argentina estaríamos frente a un problema mayúsculo para las petroleras productoras del gas natural; y social para los consumidores en caso de que ello derivara en interrupciones del servicio”, concluyó.