Por Marianna Párraga y Deisy Buitrago
Una instalación flotante frente a la costa venezolana terminó de descargar el crudo almacenado en ella durante los últimos dos años debido a las sanciones de Estados Unidos, allanando el camino para que se reanude la producción en un campo petrolero, dijo un funcionario del operador de la instalación.
Las operaciones para retirar el crudo de la instalación flotante de almacenamiento y descarga (FSO) de Nabarima, anclada en el este del Golfo de Paria, cerca de la frontera marítima con Trinidad y Tobago, comenzaron en diciembre. El crudo había estado almacenado allí desde 2019 cuando Estados Unidos impuso sanciones a Venezuela.
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El Nabarima es parte de la empresa de riesgo compartido Petrosucre entre la petrolera estatal venezolana PDVSA y la italiana Eni que opera el campo petrolero costa afuera Corocoro.
PDVSA está luchando para realizar el mantenimiento y las reparaciones en sus instalaciones debido a una escasez crónica de flujo de efectivo, que se ha visto agravada por las sanciones de Estados Unidos.
Eni y PDVSA vendieron anteriormente el crudo producido por Petrosucre a la refinería de propiedad venezolana Citgo. Pero el contrato de suministro fue detenido por las sanciones hace dos años, dejando el proyecto inactivo y el crudo varado en el Nabarima.