Por James Osborne
Compañías petroleras como Exxon Mobil y Chevron se están asociando con un grupo de expertos ambientales para rastrear las emisiones de metano provenientes de la Cuenca Pérmica.
La abundante quema de gas natural en el campo petrolífero del oeste de Texas ha despertado la preocupación de los científicos del clima, ya que el metano es un gas de efecto invernadero mucho más poderoso que el dióxido de carbono.
“Los riesgos del cambio climático que plantean el metano y otras emisiones de gases de efecto invernadero son graves y justifican una acción”, dijo Bart Cahir, vicepresidente senior de Exxon Mobil, en un comunicado.
El Rocky Mountain Institute, un grupo de expertos con sede en Colorado, ha desarrollado un programa informático para rastrear las emisiones que provienen de los campos de petróleo y gas, lo que permite a las empresas no solo informar sus emisiones a los grupos de inversores, sino también rastrear qué tecnologías son las mejores para reducir las fugas de metano.
Las medidas se producen cuando la administración Trump ha revertido las regulaciones de metano, diciendo que las empresas están mejor equipadas para manejar las fugas por sí mismas, a pesar de las críticas de algunos en la industria de que las regulaciones de la era de Obama eran justas y necesarias.
Según estimaciones federales, alrededor del 28 por ciento de los 570 millones de toneladas métricas de metano emitidas por Estados Unidos a la atmósfera proviene de la perforación de petróleo y gas.