Por World energy trade – 01 de abril de 2024
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En medio de un debate global sobre la transición hacia fuentes de energía más limpias y sostenibles, la pregunta de si es el momento de abandonar la idea de reducir la dependencia de los combustibles fósiles como el petróleo y el gas se ha vuelto cada vez más relevante.
A medida que las preocupaciones sobre el cambio climático se intensifican, la industria del petróleo y el gas ha enfrentado críticas por su papel en la emisión de gases de efecto invernadero.
A pesar de fingir interés, las grandes petroleras parecen seguir oponiéndose a la transición ecológica mundial y podrían interponerse en su camino.
Mientras el líder de la petrolera estatal saudí condena la transición verde y aboga por una producción de petróleo a largo plazo, otros grandes actores de la industria manifiestan su escepticismo en torno a las energías renovables y las tecnologías limpias.
A pesar de las grandes inversiones en energía verde y proyectos de reducción de emisiones de carbono de varias grandes petroleras y gasistas, parece que las grandes petroleras siguen favoreciendo en gran medida la producción de combustibles fósiles.
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La demanda de petróleo sigue avanzando
Este mes, el director general de la petrolera estatal saudí Aramco, Amin Nasser, afirmó que la transición energética estaba fracasando y que urge un reajuste de la estrategia, pidió a los responsables políticos que abandonaran la «fantasía» de eliminar progresivamente el petróleo y el gas, ya que se espera que la demanda de combustibles fósiles siga creciendo en los próximos años. Durante una entrevista en la conferencia sobre energía CERAWeekby S&P Global, celebrada en Houston, Nasser declaró:
«En el mundo real, la actual estrategia de transición está fracasando visiblemente en la mayoría de los frentes al chocar con cinco duras realidades».
Nasser ya llamó la atención del mundo de la energía al afirmar que la demanda de petróleo y gas no alcanzará su punto máximo en breve, contrariamente a lo que afirman muchos expertos en energía.
Esta afirmación se produjo en respuesta a la Agencia Internacional de la Energía (AIE), que predijo que la demanda de petróleo, gas y carbón alcanzaría su punto máximo en 2030.
Nasser cree que la visión de la AIE está excesivamente centrada en Estados Unidos y Europa, y descarta la creciente demanda de combustibles fósiles en otras zonas del mundo, en particular los países del Sur Global en vías de industrialización.