Por WORLD ENERGY TRADE

La gran apuesta por las energías limpias, principalmente en los países desarrollados, y los obstáculos impuestos a la exploración y producción de petróleo están provocando una severa crisis en la industria petrolera de EE.UU., Europa y Canadá.

Ante la recuperación de la economía mundial luego de la debacle ocasionada por el coronavirus, y cuando la demanda de petróleo vuelve a crecer con intensidad, las grandes petroleras se muestran temerosas a la hora de iniciar su ciclo de inversión para producir más crudo y atender a la demanda.

Las petroleras que más se han visto afectadas por la desinversión han sido las empresas públicas, las que cotizan en bolsa, sus accionistas han ejercido fuertes presiones para que se reduzca la inversión en exploración petrolera. Mientras que las empresas petroleras de propiedad estatal no se han visto limitadas por esta situación.

Ante el retroceso por parte de las mayores petroleras occidentales, la OPEP y sus aliados ven su oportunidad para recuperar cuotas de mercado y volver a controlar el precio del petróleo aunque sea por un corto periodo de tiempo.

Algunos inversores están apostando a que la inclinación por las energías verdes de inversores y empresas, deprimirá el gasto en extracción de petróleo, lo que podría generar un escenario de escasez de suministro y fuertes subidas de los precios en el corto y medio plazo.

A largo plazo parece evidente que esas energías limpias terminarán sustituyendo al petróleo crudo, sin embargo, la gran apuesta de los gobiernos occidentales por estas energías se produce cuando el petróleo sigue siendo vital para la economía y la movilidad.

Las grandes inversiones en Europa, Estados Unidos y Canadá se focalizan en proyectos eólicos, solares y otros programas renovables, mientras que el gasto en proyectos petroleros se contrae severamente.

El descenso en el gasto en inversión en combustibles fósiles está siendo tan severo que las compañías de energía podrían tener dificultades para satisfacer los requerimientos mundiales de petróleo.

Todavía se espera que el crudo siga teniendo una gran demanda durante la próxima década para producir combustibles para el transporte, así como los petroquímicos utilizados para plásticos y otros productos domésticos.

El consumo estadounidense ha aumentado en los últimos meses tras lo peor de la pandemia de coronavirus, y los recortes de producción de la OPEP han dado un nuevo impulso a los precios.

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Recuperación en marcha

Las familias ya han vuelto a tomar sus vehículos para ir a trabajar y las líneas aéreas ya ven un repunte en la demanda por parte de pasajeros que vuelve a tener confianza en viajar.

La recuperación económica está en marcha y la demanda de combustibles en plena tendencia al alza.

Esto sucede mientras que la oferta se encuentra algo restringida por los recortes de producción de la OPEP, que se irán diluyendo en el corto plazo, por lo que se espera que el petróleo se mantenga entre los 65 y los 75 dólares en los próximos meses.

El Brent sube con fuerza

El precio del petróleo Brent, que se emplea como referencia en Europa, superó el lunes 14 los US$ 73 por barril, una cifra que no registraba desde abril de 2019, manteniendo así la tendencia al alza que lleva registrado desde el año pasado.

El Brent registró un incremento del 0,61%, hasta situarse en los US$ 73,13 por barril, el mayor precio observado desde el 25 de abril de 2019. En lo que va de año, el barril de crudo se ha apreciado un 41,2%.

Los precios del Brent han establecido un piso sólido, se han mantenido sobre los 70 dólares. El jueves 17, los futuros del Bent para entrega en agosto se cotizaron en US$72,99 el barril, luego de haber alcanzado los US$ 74,39.

El WTI también sube

La tendencia al alza también se ha observado en el precio del West Texas Intermediate (WTI), que este lunes avanzó un 0,54%, hasta los US$ 71,28 por barril.

De esta forma, el crudo de referencia estadounidense ha recuperado niveles de precios no vistos desde el 16 de octubre de 2018, tras haber registrado en abril de 2020 cotizaciones negativas por primera vez en su historia.

Al igual que el Brent, el precio del WTI se ha mantenido firme durante la semana, los futuros para entrega en julio, se situaron el jueves en US$ 71,01 por barril, sin embargo, alcanzó un máximo de US$ 72,99 por barril.

La Agencia Internacional de la Energía (AIE) aseguró que el consumo global de petróleo superará a finales de 2022 el nivel previo a la pandemia, aunque advirtió de que la recuperación será desigual no solo entre regiones, sino también entre sectores y productos.

Leigh Goehring, socio gerente de la firma de inversión centrada en materias primas Goehring & Rozencwajg Associates, asegura que los precios se dispararán en los próximos años a medida que el consumo supere la capacidad de producción durante un período sostenido por primera vez en mucho tiempo. “Esta es la base de la próxima crisis del petróleo”, asegura. “Estamos en territorio inexplorado”.

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