Por WORLD ENERGY TRADE

Una vez más la industria petrolera de Colombia está bajo considerable presión, esto a pesar de los intentos del gobierno nacional de Bogotá por reactivar el sector que es crucial para la economía.

La caída de los precios del petróleo en 2020 y la pandemia del COVID-19 que llevó a un cierre por cuarentena de 5 meses, afectó fuertemente a la actividad operativa y a la producción de crudo.

Tras un duro 2020 había indicios de que la industria petrolera del país andino estaba luchando por recuperarse. Sin embargo, ahora el aumento del riesgo de seguridad y la importante agitación política, son situaciones que están pesando mucho en el rendimiento de la industria petrolera.

Los últimos datos del Ministerio de Energía de la cuarta economía de América Latina indican que no es así. Durante marzo de 2020, Colombia produjo una media diaria de 744.715 barriles de crudo y 1,2 millones de pies cúbicos de gas natural, lo que supone un 0,14% y un 5% menos que un mes antes.

Más preocupantes son los indicios de que el sector de los hidrocarburos de Colombia aún está luchando por recuperarse de un devastador 2020.

Un indicador fiable de la actividad del sector es el recuento de plataformas de Baker Hughes. Los últimos datos muestran que a finales de abril de 2021 sólo había 16 equipos de perforación activos en Colombia, que, si bien son 2 más que un mes antes, son casi la mitad de los 30 que operaban a mediados de enero de 2020.

La falta de inversión en un elemento clave para el fuerte descenso de la actividad de perforación. Según el principal organismo de la industria colombiana, la Asociación Colombiana del Petróleo (ACP), las empresas petroleras invertirán entre 3.100 y 3.450 millones de dólares durante 2021.

Aunque esta cifra es significativamente superior a los US$ 2.050 millones invertidos en 2020, sigue siendo sustancialmente inferior a los US$ 4.030 millones que la industria invirtió durante 2019.

En Colombia, los costos de equilibrio son altos, se estiman que están en torno a los 40 o 45 dólares por barril después de impuestos. Esta situación se ha convertido en un elemento disuasorio para la inversión.

Los precios de equilibrio para los proyectos petroleros en Colombia son significativamente más altos que muchas otras regiones latinoamericanas, incluyendo Brasil y Guyana.

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Los crudos pesados

Los principales tipos de petróleo crudo de Colombia son el Castilla, el Magdalena y el Vasconia, que tienen una gravedad API de 18,8, 20 y 24,3 grados y un contenido de azufre de 1,97%, 1,6% y 0,83%, respectivamente.

La demanda de las refinerías de crudos agrios medios y pesados está disminuyendo debido a la presión mundial para reducir las emisiones de azufre, que condujo a la introducción de IMO2020 a principios del año pasado con el objetivo de limitar las emisiones de azufre para los combustibles marítimos.

Además, los crudos agrios más pesados son más costosos y difíciles de refinar para obtener gasolina, diésel y otros combustibles de alta calidad que los crudos más dulces y ligeros.

Por estas razones, los grados de petróleo crudo de Colombia se venden con un notable descuento con respecto al Brent, que en épocas de tensión del mercado se ha ampliado históricamente de forma considerable.

Durante marzo de 2020, cuando surgió una guerra de precios entre Arabia Saudita y Rusia, el Vasconia se vendía con un descuento de US$ 7,75 por barril con respecto al Brent, pero en marzo de 2021 ese descuento se había reducido hasta situarse en torno a los US$ 5 por barril.

La calidad de los crudos colombianos también está pesando en la inversión extranjera en la industria petrolera, que se encuentra en dificultades y es vital para la economía.

Riesgos políticos

El aumento de la violencia en el país andino, que durante décadas ha sufrido varios conflictos, supone una amenaza para las operaciones de la industria petrolera. Ahora, Colombia lleva casi tres semanas sacudida por protestas antigubernamentales y se han establecido bloqueos en las principales carreteras que impiden en algunas regiones, especialmente en torno a la tercera ciudad del país, Cali, la circulación de personas y mercancías.

Las incursiones violentas en los yacimientos petrolíferos, sobre todo en el este de Colombia, en torno al municipio de Puerto Gaitán, en la cuenca de los Llanos, se están intensificando a medida que la licencia social de la industria petrolera se va deshaciendo.

La creciente agitación política y el aumento de la conflictividad son otros factores que están afectando la inversión extranjera en la industria petrolera colombiana.

Algunas cifras macroeconómicas

Se espera que el déficit presupuestario en 2021 alcance el 9% del producto interior bruto, la tasa de desempleo de marzo de 2021 se situó en el 14% y el PIB del primer trimestre de 2021 cayó un 9% en comparación con el trimestre anterior.

La contribución de la extracción de petróleo al PIB de Colombia en el primer trimestre de 2021 cayó casi un 4% en términos intertrimestrales y un 15% en comparación con el año anterior, a pesar de que los precios del petróleo se han recuperado significativamente desde el inicio de 2021.

Estas cifras desfavorables indican lo importante que es para Colombia volver a poner en marcha la económicamente crucial industria petrolera colombiana.

En resumen, la combinación de los factores descritos: precios del petróleo más bajos, falta de inversión, altos costos de equilibrio, predominancia de crudos pesados, que han llevado a una producción de petróleo más débil de lo esperado, así como la creciente agitación política y el aumento de la conflictividad están afectando gravemente a la economía colombiana.

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