www.lavanguardia.com/Piergiorgio M. Sandri/ Abril 2020
El desplome dramático del precio del petróleo en Estados Unidos, que ha llegado a cotizar en negativo, abre un grieta en el sistema financiero mundial de consecuencias imprevisibles.
Las cuatro mayores entidades norteamericanas, JP Morgan, Bank of America, Citigroup y Wells Fargo, han invertido cada una de ellas más de 10.000 millones de dólares sólo en el 2019 en el sector del fracking petrolero, según Statista. Y ahora estas empresas petroleras corren el serio riesgo de declararse insolventes, con lo que los bancos pueden quedarse con papel mojado en sus balances.
La caída del precio ha puesto de repente al desnudo la fragilidad del boom del petróleo de esquisto de EE.UU. “El fracking parece ser una gran burbuja alimentada por deudas, y los intentos de ajustar las cuentas probablemente estén condenados al fracaso”, dijo el premio Nobel Paul Krugman hace quince días, cuando los precios del barril… aún estaban en positivo.
Una investigación del Wall Street Journa l encontró que durante la última década, las 40 principales compañías independientes de esquisto bituminoso de Estados Unidos quemaron miles de millones de dólares, ya que las ganancias eran insuficientes, al acumular un flujo de caja negativo de 260.0000 millones de euros.
Ahora estas compañías han perdido en promedio el 45% de su valor desde comienzos de año. “Hemos estado observando a estas compañías tambalearse bajo una deuda creciente y flujos de efectivo negativos durante muchos años”, dijo Kathy Hipple, analista financiera de Ieefa. “Cada vez es más difícil para estas compañías encontrar inversores para mantenerlas a flote y evitar la implosión”, advirtió.
La primera en quebrar fue Whiting Petroleum a comienzos de este mes. Muchos se preguntan cuál será la siguiente. Chesapeake Energy acaba de anunciar que no distribuirá dividendo, Oasis Petroleum está en dificultades, con sus acciones que valen ahora veinte centavos. Occidental Petroleum, la más endeudada, ha reducido sueldos a su plantilla.