Por Edurdo Gigante – 04 de febrero de 2022 (ámbito)
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Durante el año 2022, se espera que las ventas de automóviles eléctricos supere las 10 millones de unidades a nivel mundial, con China a la cabeza de esta fenomenal demanda.
Una de las mayores preocupaciones que surge a los fabricantes de baterías de ion-litio, es la obtención de materia prima suficiente -carbonato de litio- para responder a esta gran demanda, preocupación que está planteada hoy en día en los países centrales y que además se ve reflejado en el brutal aumento de precio de más de 400% durante el último año de este compuesto.
De acuerdo con las proyecciones del Departamento de Industria de Australia (primer exportador mundial de litio), el total de la producción global de compuestos con litio fue durante 2021 de 485 mil toneladas métricas, y la demanda esperada para el 2022 ha sido proyectada en 615 mil toneladas métricas, por lo que se espera un déficit importante de esta materia prima durante este año.
Tanto Argentina como Chile, exportadores netos de Carbonato de litio grado batería -ambos dentro del llamado “triangulo de litio” junto con Bolivia-, se encuentran desarrollando estrategias para dar respuestas adecuadas ante este aumento inusitado de la demanda global.
El camino del litio hacia la batería no es sencillo. En Sudamérica comienza en los llamados salares andinos, formaciones geológicas a gran altura, que poseen el preciado metal en forma de distintas sales las cuales deben ser separadas luego de su extracción. Su obtención conlleva procesos productivos ajustados y el periodo que necesita la minería de litio, desde la exploración hasta la producción a escala industrial es de 5 a 7 años, con grandes inyecciones de capital.
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Ante este escenario Argentina, que posee los segundos recursos a nivel mundial de litio dentro de sus fronteras (según datos del Servicio Geológico de EEUU), y siendo que además nuestro país extrae litio del “Salar del Hombre Muerto” en la provincia de Catamarca desde hace alrededor de 20 años, se encuentra ante esta oportunidad con más de 20 proyectos de extracción a gran escala y en distintos grados de avance -dos de ellos en producción- lo que supondrá un aumento de la producción y exportación de este compuesto en los próximos años.
Esta ventana de oportunidades para nuestro país no solo viene acompañada con una gran demanda a corto plazo y el precio en alza del carbonato de litio, sino también con la ventaja de la existencia de distintas vicisitudes que nuestros competidores directos se encuentran atravesando actualmente:
Australia, primer productor y exportador mundial, mantiene tensas relaciones comerciales y diplomáticas con China, consumidor número uno a nivel global de Carbonato de Litio. Chile, por otra parte, segundo productor y exportador se encuentra ante un cambio de gobierno y Constitución, generando incertidumbre en las compañías mineras privadas que deberán realizar grandes inversiones para aumentar sustancialmente la cuota de producción exportable de compuestos de litio.
Durante la presentación del Cluster Renovable Nacional, el Presidente Alberto Fernandez, insto a las provincias a profundizar la industria minera en el país, necesaria para la transición energética y teniendo al litio como uno de los minerales centrales en esta.
Es de destacar que la minería en Argentina, aporto en el periodo 2003-2021 más de 53 mil millones de USD, siendo una de las pocas actividades superavitarias durante todos los meses de dicho periodo.
Dadas estas condiciones, Argentina tiene el potencial de convertirse en un jugador de peso dentro del concierto global de actividades mineras en general y del litio en particular, siempre y cuando se mantengan las políticas impulsivas como políticas de estado, atravesando distintas gestiones de gobierno.