Por Ramsés Pech
Actualmente el país carece de un profeta en energía, simplemente por que no hay un plan y todo es realizado con una misión de corto plazo sexenal y depende de la ideología de cada administración que ha llegado, está y estará por los siglos de los siglos.
Todos decimos, México no esta apostando a las energías limpias y que está limitando la utilización de renovables, hay proyectos ligados a la transformación de las energías primarias como refinerías, pero no profetizamos en la petroquímica, siendo el gas natural el futuro de la electrificación de las actividades para el 2050.
México está en el acuerdo de parís, donde se firmaron documentos y otorgó acceso a varias organizaciones a nivel mundial; pero son simples estadísticas, palabras, presentaciones y discursos sin un bien para la creación de un plan de largo plazo. Esto fue confirmado en 2020, el 12 de diciembre donde no participó en la Cumbre sobre la Ambición Climática, que coincidió con el 5º aniversario del Acuerdo de París, y que tampoco participó.
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Esta falta de inclusión a la reunión es derivada, porque no han actualizado desde el 2016 las Contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC siglas en ingles) y que indican los compromisos que como país estan haciendo. Los compromisos asumidos fueron:
“México se compromete a reducir incondicionalmente el 25% de sus emisiones de gases de efecto invernadero y contaminantes climáticos de corta duración (por debajo de BAU) para el año 2030. Este compromiso implica una reducción del 22% de los GEI y una reducción del 51% del Carbono Negro. Este compromiso implica un pico neto de emisiones a partir de 2026, desacoplando las emisiones de GEI del crecimiento económico: la intensidad de las emisiones por unidad de PIB se reducirá en torno al 40 % entre 2013 y 2030”
Lo suscrito en su momento, está fuera de la realidad por el aumento de la toma de energía primaria del país. Sin un plan de largo plazo que asegure la disminución y una mejor utilización, con el objetivo de rechazar al medio ambiente una menor cantidad de contaminantes o calor a la atmósfera, lo firmado en 2016, ES OBSOLETO.
Las mayorías de las naciones dependen actualmente de carbón, crudo y gas. Empresas a nivel mundial como Shell han indicado en estos días, que la mezcla de sus negocios cambiará de tener casi un 99.9% en el mercado de hidrocarburos, mutar para la década de 2030, tener un 30% en electricidad con energías limpias. Empresas como Valero han invertido crear Diesel verde, e incorporar con 33 turbinas eólicas en sus procesos e invertir en la petroquímica (el negocio del futuro, reducción del consumo de crudo a partir del 2033 y aumento de la demanda del gas natural). PEMEX por el momento, fue eliminado la subsidiaria de cogeneración de electricidad y actualmente está dentro de Transformación industrial, y no se ve el negocio, desaprovechando el futuro.
Entonces, queda una pregunta al aire: ¿Es una nueva estructura en el negocio energético? Adonde parte de esta radica fundamentalmente en mejorar la calidad del aire y tener menor rechazo de las energías primarias en forma de calor al medio ambiente. Hay que investigar en nuevos aditivos u oxigenantes que mejoren la calidad de vida de los seres vivos.
El profeta energético que se requiere no es una persona, es un conjunto de mentes bien intencionadas desde un punto de vista de mejorar, la calidad del entorno, sin olvidar que todo depende de la cantidad del dinero, y si este nuevo modelo de negocio ayude a generar nuevos empleos y diversificar las especialidades técnicas para las nuevas generaciones.
A según la OurWorldInData.org en 2019; analizó cuánta energía primaria consume una persona en promedio (energía per cápita). México fluctúa entre 1.8 a 2.2 KW por hora de energía primaria (16,811 KWh anual). EUA entre 9 a 9.5 KW por hora (79,897 anual). El mundo entre 2 a 2.5 (21,027 KWh). Siendo noruega y arabia saudita los que más consumen.
Entonces a donde está el profeta energético que brinde las predicciones a partir de la interpretación de ciertos indicios o señales del mercado energético mundial o continuaran aislados, y sin participar en el nuevo negocio de la energía en el mundo.
Mexico deberá dejar de oponerse a esta nueva misión del mundo de reducir la cantidad de energías primarias que se toman de la naturaleza y emanar la menor cantidad de detonantes que alteren al medio ambiente.