Por IEEFA
Naturgy Energy Group SA ha rebajado el valor de sus centrales eléctricas de gas en España en 1.150 millones de euros, lo que ilustra cómo el cambio hacia las energías renovables, impulsado por las políticas, sigue presionando a las empresas intensivas en dióxido de carbono.
La empresa, una de las mayores de España, declaró el 4 de febrero que la pérdida de valor se debía a los efectos prolongados de la pandemia de coronavirus en los precios de la energía y al aumento del objetivo de la UE de reducir las emisiones para 2030.
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Los líderes de la UE decidieron en 2020 aumentar el objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para el final de la década de un 40% a un mínimo del 55%, lo que, según Naturgy, le llevó a reevaluar su cartera.
Ese objetivo traerá consigo mayores ambiciones en materia de energías renovables y otras medidas que probablemente harán subir los precios que los agentes contaminantes pagan por las emisiones en la UE.
“Eso cambia las perspectivas que tenemos a largo plazo”, dijo Jon Ganuza, jefe global de Controlling, en la llamada sobre los resultados anuales de 2020 de la empresa.
Naturgy, que está orientando sus inversiones hacia las energías renovables, sigue siendo propietaria de unos 7 GW de plantas de gas en España, donde el Gobierno también ha anunciado agresivos objetivos de energía verde.
Es la más reciente prueba: se avistan cambios en el panorama de los combustibles fósiles
El cambio de estrategia contable de la empresa es sólo la última señal de que las grandes empresas de servicios públicos se están adaptando a un panorama cambiante de los combustibles fósiles más allá del carbón.
Un alto directivo de la empresa italiana Enel SpA declaró en enero que la compañía dejaría de operar centrales de gas para 2050, fecha en la que la mayoría de las empresas eléctricas se han comprometido a reducir sus emisiones a cero.
Grupos como Enel ya han amortizado miles de millones en activos de centrales de carbón en los últimos años, a medida que la economía de este combustible ha empeorado y la atención del público y los inversores se ha centrado cada vez más en la sostenibilidad.
La amortización, junto con otro deterioro de 198 millones de euros en su negocio de gas en Argentina, significó que Naturgy pasó a tener una pérdida neta en todo el año de 347 millones de euros, en comparación con el beneficio neto anual declarado de 1.400 millones de euros en 2019.
A lo largo del año, las ganancias también se vieron arrastradas por la menor demanda de gas y energía, los efectos de las divisas y los márgenes negativos del GNL debido al deprimido mercado mundial del gas.