Por World energy trade – 26 de julio de 2024
PARA SEGUIR NUESTRAS DIARIAS PUEDES AFILIARTE A NUESTRO CANAL DE TELEGRAM
Es probable que las políticas energéticas de Trump den prioridad al aumento de la producción de petróleo y gas, lo que podría revertir algunos de los avances climáticos de Biden.
Con Donald Trump de nuevo en la carrera presidencial, muchos se preguntan qué significaría su victoria para el sector energético estadounidense después de tres años de fuertes políticas climáticas y restricciones al desarrollo de nuevos yacimientos de petróleo y gas.
Para más información del curso ingresa al siguiente LINK
Durante su mandato en el Gobierno, Trump expresó continuamente su deseo de lograr una mayor independencia energética.
Esto significaba aprobar una amplia producción de petróleo y gas, destinada a mejorar la seguridad energética de Estados Unidos, para disminuir las importaciones de energía extranjera.
Para el último año de Trump en el cargo, las importaciones de petróleo cayeron a 7,9 millones de bpd, en comparación con los 10 millones de bpd del presidente Obama en 2016.
Si bien esto muestra una caída significativa en la cantidad de importaciones de petróleo, Estados Unidos nunca alcanzó la plena independencia energética, como tan a menudo afirma el partido republicano.
La administración Biden ha sido acusada a menudo de alejarse de la búsqueda de la independencia energética mediante la imposición de restricciones a nuevas perforaciones de petróleo y gas.
Sin embargo, en respuesta a la creciente demanda mundial de crudo tras la pandemia del Covid-19, la producción de petróleo estadounidense durante el primer año de Biden fue mayor que durante cualquiera de los dos primeros años de Trump en el cargo.
Para visualizar nuestro portafolio de cursos
ingresa dando click acá
Aunque Trump probablemente haría más accesibles los arrendamientos petrolíferos, esto afectaría a la producción de petróleo a largo plazo más que a la producción inmediata.
Durante su anterior mandato, Trump sacó a Estados Unidos del Acuerdo Climático de París, afirmando que socavaba las ambiciones económicas del país.
De cara al futuro, la opinión pública quiere saber si Trump mantendrá su firme respaldo al petróleo y al gas y si apoyará el desarrollo de la combinación energética diversificada que está surgiendo actualmente en EE.UU.
Los expertos en política republicana y el sitio web de la campaña de Trump sugieren que, de ser elegido, Trump probablemente desmantelaría muchos de los avances climáticos logrados por Biden en favor de un mayor desarrollo de los combustibles fósiles.
En cuanto a los avances climáticos, Trump ha prometido retirarse una vez más del Acuerdo de París. Los expertos creen que Trump también buscaría la manera de poner fin a las exenciones fiscales introducidas en virtud de la Ley de Reducción de la Inflación (IRA, por sus siglas en inglés) para utilizar el dinero en otros sectores.
Sin embargo, esto dependerá en gran medida de si los republicanos controlan tanto la Cámara de Representantes como el Senado tras las elecciones de noviembre.
La industria de los vehículos eléctricos (EVs) ha crecido rápidamente bajo la administración Biden, apoyada por las exenciones fiscales y otros incentivos financieros previstos en la IRA.
En la actualidad, EE.UU. planea un importante cambio de los vehículos con motor de combustión interna (ICE) a alternativas eléctricas con batería, apoyado por una enorme inversión en la infraestructura de recarga del país.
Mientras tanto, Trump ha declarado regularmente su oposición a los vehículos eléctricos y probablemente animaría a los fabricantes de automóviles a ralentizar su cambio hacia la producción de vehículos eléctricos para seguir fabricando vehículos de combustión interna durante más tiempo.
Sin embargo, esto puede ser una hazaña difícil en los estados que ya han invertido mucho en infraestructura de recarga de EVs en previsión de la creciente demanda pública de EVs.
No obstante, cualquier presión para frenar el desarrollo del mercado de vehículos eléctricos se traducirá probablemente en una prolongación de la demanda estadounidense de petróleo y gas, que actualmente se espera que alcance su punto máximo entre 2025 y 2027 antes de disminuir lentamente.
Trump ha sido muy elocuente en sus últimas comparecencias sobre cuestiones de energía y migración, afirmando en más de una ocasión que si fuera «dictador por un día» se ocuparía de dos cuestiones: «la perforación y el cierre de la frontera».
Esto sugiere que apoyará firmemente la producción de petróleo y gas por encima de las alternativas renovables, lo que hará que el entorno de inversión sea más favorable para las grandes petroleras en los próximos años.
Estados Unidos ha desarrollado rápidamente su producción de gas natural y ha creado nuevos enlaces de exportación en los últimos años, en respuesta a la invasión rusa de Ucrania y las subsiguientes sanciones a la energía rusa.
Se espera que la producción de GNL siga aumentando a medida que entren en funcionamiento nuevos proyectos y se disparen las exportaciones a Europa y otros países.
Si es elegido, Trump probablemente dará luz verde a más proyectos de gas y apoyará la exportación de enormes cantidades de GNL para contrarrestar el dominio energético mundial de Rusia.
También se espera que rehaga el programa quinquenal de arrendamiento de petróleo y gas en alta mar del Departamento del Interior de Estados Unidos para ampliar el tamaño y el alcance de las subastas de perforación.
En general, parece claro que si Trump es elegido para otro mandato como presidente, revertirá gran parte del trabajo realizado bajo la administración Biden en materia de cambio climático.
Es probable que su elección paralice el progreso de la IRA, ya que los inversores en energías renovables y tecnologías limpias esperan a ver si se mantienen las exenciones fiscales y otros incentivos financieros introducidos bajo el mandato de Biden.
Además, se espera que Trump ponga fin a cualquier restricción a los arrendamientos de petróleo y gas y facilite la expansión de la industria de los combustibles fósiles en los próximos años.