Por World energy trade – 17 de agosto de 2023
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VinFast, fabricante de vehículos eléctricos, debutó el martes al rojo vivo en Nueva York tras fusionarse con una sociedad de adquisiciones especiales (SPAC), Black Spade Acquisition Co.
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Las acciones de la nueva empresa se dispararon un 270% en el Nasdaq en su primer día de cotización. Abrieron a 22 dólares, más del doble del precio inicial de 10 dólares, y cerraron a 37 dólares la unidad.
La subida impulsó la capitalización bursátil de VinFast por encima de los 85.000 millones de dólares. Es más que Volkswagen o Ford, valoradas en 63.900 millones de euros (69.700 millones de dólares) y 48.000 millones de dólares, respectivamente, según Refinitiv.
Sin embargo, el espectacular repunte se basó en una escasa negociación. VinFast sigue perteneciendo en un 99% al hombre más rico de Vietnam, Pham Nhat Vuong, a través de las acciones de su otra empresa, Vingroup, y de otras entidades empresariales, según una notificación regulatoria.
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Vuong, presidente tanto de Vingroup como de VinFast, vio aumentar su patrimonio en unos 39.000 millones de dólares el martes, al dispararse las acciones del fabricante de automóviles, según el índice Bloomberg Billionaires. Ahora se calcula que su fortuna ronda los 44.300 millones de dólares.
VinFast se fundó en 2017 como filial de Vingroup, uno de los mayores conglomerados de Vietnam. La firma fabrica todoterrenos, scooters y autobuses eléctricos, que se venden en Vietnam y Norteamérica.
Sus resultados del martes convierten a VinFast en la mayor empresa vietnamita cotizada en Estados Unidos por capitalización bursátil.
En un comunicado, su CEO, Thuy Le, declaró: “Esperamos que la cotización de VinFast inspire y dé rienda suelta a mayores oportunidades para que las marcas vietnamitas participen en el mercado mundial”.
No muy bien recibidos en EE.UU.
Hasta ahora, la empresa ha lanzado cuatro modelos de vehículos eléctricos y ha entregado unos 19.000 vehículos, según su prospecto. A modo de comparación, Volkswagen vendió 4,4 millones de vehículos sólo en los seis primeros meses de 2023, de los cuales más de 321.000 eran eléctricos.
VinFast es un nombre muy conocido en Vietnam, donde sus vehículos se han convertido en éxitos de ventas y tienen acceso a una amplia red de recarga en más de 60 ciudades y provincias.
Pero la recién llegada empresa vietnamita ha tenido menos éxito en Estados Unidos, donde empezó a hacer entregas a clientes a principios de este año.
En los últimos meses, VinFast ha recibido malas críticas sobre su SUV eléctrico, el VF 8, después de dejar que los periodistas estadounidenses probaran el vehículo.
Varios titulares han sido especialmente contundentes, como el del medio especializado Road & Track, que calificaba el vehículo de “simplemente inaceptable”. Otro de MotorTrend decía: “Devolver al remitente”.
Otras críticas fueron más indulgentes. Uno de ellos recordaba a los lectores que era la primera vez que la empresa lanzaba un vehículo para el mercado estadounidense. Otro elogiaba la entrega de potencia de los motores eléctricos del SUV.
En una entrada de blog publicada a principios de esta semana, VinFast afirmaba que había introducido mejoras en el software basándose en los comentarios “de los propietarios de los vehículos y de la comunidad de críticos de automoción”.
VinFast no oculta sus ambiciones globales. En julio puso la primera piedra de una nueva fábrica en Carolina del Norte, que espera utilizar como base para sus ventas en Estados Unidos. Según la empresa, las instalaciones podrían alcanzar una capacidad de 150.000 vehículos al año.
La empresa también ha insinuado un lanzamiento en Europa, diciendo a los accionistas que pronto entrará en la región.
En su declaración del martes, el CEO de VinFast sugirió que la empresa utilizará los nuevos ingresos obtenidos para impulsar su expansión, diciendo que su cotización “desbloquea el acceso a los mercados de capitales e importantes vías para el desarrollo futuro”.
VinFast aún no es rentable. En los nueve meses transcurridos hasta el pasado mes de septiembre registró unas pérdidas de 1.400 millones de dólares. Además, a finales de septiembre tenía una deuda de unos 2.500 millones de dólares, según un informe regulatorio.
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