Por Victoria Terzaghi – 29 de enero de 2022 (Río negro)
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Energía On consultó las perspectivas de desarrollo que tienen las principales operadoras de la formación. La mayoría espera un año de incremento de producción pero con una fuerte batería de limitaciones que podrían desinflar las expectativas.
A más de una década de la perforación del primer pozo hacia Vaca Muerta hay una serie de preguntas que ya tienen respuestas claras: la calidad de la roca madre es innegable, al igual que el potencial de hacer de la zona shale un gran motor exportador tanto de gas como de petróleo. Sin embargo, las dudas siguen estando en torno al cuánto de ese potencial se podrá hacer realidad, o dicho en otros términos, si se podrá avanzar hacia una Vaca grande o se seguirá como hasta ahora, desarrollando una Vaca chica que solo aporta una parte de la energía del país pero no cambia radicalmente el mercado.
Energía On dialogó con los principales actores de la formación shale sobre las perspectivas que tienen para este 2022, los planes de desarrollo de sus áreas y los obstáculos que se presentan para que la Vaca se pueda agrandar hasta convertirse en un verdadero polo generador de las divisas que tanto faltan en el país.
En general, desde las empresas se vislumbra un 2022 similar al 2021, con un nivel de inversiones entre estable y levemente creciente, que permita seguir incrementando la producción de petróleo, ya que la de gas se verá limitada en este mismo año por la saturación del actual sistema de transporte.
“Hay una inercia en las inversiones, se viene invirtiendo y se sigue porque los planes son a largo plazo. Pero es cierto que el contexto nacional está complicando mucho las decisiones de inversión por venir”, aseguraron desde una de las grandes operadoras de la cuenca.
La apreciación de los referentes consultados va en línea con las estimaciones realizadas por la consultora Ecolatina que en un reciente informe planteó que en este 2022 las proyecciones marcan que el nivel de inversiones en el total del sector hidrocarburífero lleguen a los 6.300 millones de dólares, ubicándose entre un 10 y un 15% por encima del nivel invertido el año pasado.
El referente de Ecolatina, Daniel Dreizzen, indicó que en el caso puntual de Vaca Muerta se espera un leve incremento también en el nivel de las inversiones a inyectar que pase de los cerca de 4.200 millones de dólares que estimaron se invirtieron el año pasado a unos 4.700 millones de dólares en este año.
Este nivel esperado marca que los desembolsos serían levemente superiores a los 4469 millones de dólares que el sector shale recibió en la previa de la pandemia, en 2019.
Si bien esta proyección pareciera ser alentadora, en realidad no lo es tanto, dado que lo que marca es que difícilmente se podrán incrementar las áreas en actividad en Vaca Muerta, o siguiendo el planteo inicial de este artículo, da cuentas de que la Vaca no crecerá mucho.
“Es difícil frenar el carro cuando se viene de un nivel de empuje, de inversiones acumuladas grandes, y apostamos a tener un desarrollo importante en Vaca Muerta, pero es cierto que no se ve un crecimiento del mapa de Vaca Muerta al ritmo que veníamos viendo hasta el 2019”, explicaron desde otra de las operadoras de peso.
Esta observación no es menor si se tiene en cuenta que Neuquén cuenta al día de hoy con 42 concesiones no convencionales otorgadas, pero a un ritmo que se frenó vertiginosamente justo antes del inicio de la pandemia.
El año pasado, ya que el 2020 fue un año signado por la pandemia en el que hubo mínimos movimientos, no solo hubo contados cambios de piezas en el tablero de Vaca Muerta, sino que incluso se contó con algunos retrocesos en los casilleros.
En el caso de los desarrollos masivo, durante el año pasado solo el bloque Bajada de Añelo -operado por Shell y con YPF como socio- pasó a esa fase de actividad intensiva, a pesar de que son varias las áreas cuyas fases pilotos están o bien cumplidas o próximas a hacerlo.
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En tanto que en el mapa de las áreas en un escalón inferior, en la etapa piloto o de exploración, hubo movimientos hacia arriba y hacia abajo. Algunas empresas como Equinor y Centaurus devolvieron áreas al Estado, mientras que otras como Phoenix Global Resources (PGR) apostaron a comenzar a desarrollar nuevos bloques. El balance final muestra un mapa que se ha expandido poco en los últimos años.
“Vaca Muerta es un play que está probado y que es eficiente, y en los últimos años se hizo mucho por reducir los costos por lo cual con una igual o menor inversión la producción va a crecer, pero sin lugar a dudas hay una serie de factores que pueden limitar ese potencial”, marcaron desde otra de las grandes firmas del sector.
Estas limitaciones para que Vaca Muerta no solo pueda incrementar su tamaño y producción, sino incluso para que pueda mantenerlo estable, fueron señaladas por todas las empresas y los consultores consultados.
“Sin dudas la macroeconomía condiciona mucho el desarrollo de Vaca Muerta y es un problema para atraer y multiplicar las inversiones”, aseguró Dreizzen.
Dentro de ese macro problema que es la economía nacional de la que Vaca Muerta no está exenta, la mayor preocupación de las productoras está puesta en el mercado de divisas ya que se trata además un sector capital intensivo.
Dentro de este problema hay una suerte de doble click (o doble problema) dado que mientras los precios internacionales del crudo se disparan -como ocurrió esta semana en la que el Brent trepó a los 90 dólares- los precios domésticos siguen congelados, generando una suerte de castigo al barril vendido en el país que desde hace ocho meses no tiene casi movimientos en función de la decisión de no incrementar el precio de los combustibles.
“Es difícil salir a explicarle a un inversor internacional que invierta en Argentina donde el petróleo se paga 20 dólares menos que en el resto del mundo”, plantearon desde una de las firmas consultadas.
Pero al combo de complicaciones en el escenario de desarrollo de Vaca Muerta se suman otros elementos como son la infraestructura de transporte.
En este caso, la crisis ya llegó al gas natural en donde los gasoductos están al tope y limitarán en este invierno la producción, sin que hasta esta edición se haya lanzado la hiper anunciada licitación del gasoducto a Vaca Muerta, que de momento solo tiene su nombre definido: Néstor Kirchner.
En el segmento del petróleo la capacidad de la mega red de Oleoductos del Valle (Oldelval) que une la producción de la Cuenca Neuquina con los mercados de las refinerías bonaerenses y el puerto de exportación, también está limitada y amenaza con limitar esta otra rama de la producción si la ampliación en marcha va por detrás de los niveles de producción.
Como si el combo local no fuera suficiente, las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) son otro punto de preocupación para las operadoras de Vaca Muerta. “Desde afuera se lo ve con mucha atención y lo suman a lo que consideran que es el riesgo argentino”, detallaron desde una de las firmas consultadas.