Por Jan Strupczewski
Los ministros de Finanzas de la zona euro se comprometieron en el apoyo fiscal continuo para sus economías y discutieron el diseño de los planes de recuperación tras la pandemia, mientras la Comisión Europea advirtió que la crisis por el COVID estaba empeorando los desequilibrios económicos del bloque.
“Nuestra discusión de hoy (lunes) reconfirmó el consenso muy fuerte sobre la necesidad de mantener una postura presupuestaria de respaldo”, dijo el presidente de los ministros, Paschal Donohoe, en una conferencia de prensa después de la reunión.
“Los ministros también enfatizaron la importancia de coordinar nuestros esfuerzos a nivel de la zona del euro y el hecho central de que podemos lograr más colectivamente que individualmente”, agregó.
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La Comisión dijo en una nota preparada para los ministros que la pandemia estaba presionando a países que ya estaban muy endeudados a endeudarse más, además de incrementar los problemas en áreas como competitividad o empleo.
Dichas divergencias entre economías que comparten la misma moneda aumentan el riesgo de crisis y hacen que la política monetaria única del Banco Central Europeo sea menos eficaz.
Para evitarlo, la UE ha acordado un fondo de recuperación de 750.000 millones de euros, que se tomará en préstamo y se reembolsará conjuntamente, que financiará reformas e inversiones en cada uno de los 27 países de la UE para impulsar su potencial de crecimiento y evitar la acumulación de deuda.
“Tendremos que prestar mucha atención a los desequilibrios derivados del impacto social de la crisis, que aún no se han sentido del todo. Debemos evitar una mayor profundización de las ya preocupantes desigualdades dentro de nuestras sociedades y entre nuestros países”, dijo en la conferencia el comisario europeo de Asuntos Económicos y Financieros, Paolo Gentiloni.
Antes de que puedan obtener dinero del fondo de recuperación, los gobiernos de la UE deben preparar planes sobre cómo gastarlo bajo la guía de la Comisión. Los planes deben cumplir los requisitos de hacer que las economías sean más ecológicas, más digitalizadas, mejorar su resistencia a las crisis e impulsar su crecimiento potencial.
También deben tener en cuenta las recomendaciones para cada país emitidas por la Comisión el año pasado.