Por Eleconomista.es
“No deberíamos tener que depender de un país extranjero, especialmente uno que no comparte nuestros intereses o nuestros valores, para proteger a nuestra gente durante una emergencia nacional”, ha asegurado el presidente de EEUU, Joe Biden, en relación a la dependencia con respecto a China en materiales y productos que ha destapado la pandemia de coronavirus. En base a esta preocupación, Biden ha firmado una orden ejecutiva que ayudará a abordar las “vulnerabilidades” de las cadenas de suministro en “sectores críticos”, de modo que Estados Unidos “esté preparado para resistir cualquier crisis”. China no ha tardado en reaccionar, y ha avisado a EEUU de que será “imposible” desacoplar sus economías por la fuerza.
China ha advertido este jueves a Estados Unidos de que “es imposible” desacoplar las economías de ambos países por la fuerza, en respuesta a la nueva política del presidente estadounidense, Joe Biden, de revisar la estrategia de suministro de Washington en sectores clave como los microchips. “Es imposible impulsar el desacople industrial mediante la fuerza humana o utilizar el poder político para forzar cambios en las leyes económicas”, ha afirmado el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino Zhao Lijian.
La portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, anunció el miércoles que “Estados Unidos debe asegurar que la escasez de producción, alteraciones comerciales, desastres naturales o acciones potenciales de rivales extranjeros y adversarios nunca vuelvan a dejar a EEUU vulnerable de nuevo”.
La nueva orden de Biden
El objetivo de Washington es no depender de la producción e importaciones de “rivales extranjeros”, en referencia a China. Para ello, Biden ha firmado una orden ejecutiva que establezca 100 días para presentar un informe detallado sobre la reevaluación de las cadenas estratégicas de suministro globales del país norteamericano.
“China espera que Estados Unidos respete las reglas del libre comercio sobre la práctica y también que proteja la estabilidad y la fiabilidad de las cadenas industriales y de suministro globales”, ha contestado el portavoz chino, quien agregó que no se debe olvidar que “los intereses de todos los países están profundamente entrelazados”.
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Cuatro productos clave
Para avanzar en la nueva orden firmada por Biden, se define una revisión de los riesgos de la cadena de suministro dentro de los 100 días posteriores a su publicación para cuatro productos “vitales”: los semiconductores, los minerales y materiales clave -tierras raras-, productos farmacéuticos y baterías avanzadas -como las de los vehículos eléctricos-.
La orden inicia una revisión a largo plazo de la base industrial de seis sectores de la economía durante el próximo año, como ha detallado Biden. “El pueblo estadounidense nunca debe enfrentar escasez de bienes y servicios de los que depende, ya sea su automóvil o sus medicamentos recetados o la comida en el supermercado local”, ha subrayado el presidente sobre la orden.
Biden ha incidido en que las cadenas de suministro “resilientes, diversas y seguras” ayudarán a “revitalizar nuestra capacidad de fabricación nacional y crearán empleos bien remunerados” y ha asegurado que “estimularán nuevas oportunidades para las pequeñas empresas, las comunidades de color y las áreas económicamente desfavorecidas”. Igualmente, ha garantizado que impulsará “nuevas inversiones en investigación e innovación y nuestra fuerza laboral, invirtiendo en formación y asociaciones universitarias que conducirán a nuevas tecnologías y nuevas soluciones”.
Inquietud en China
El miércoles, el nuevo ministro de Comercio chino, Wang Wentao, indicó que está ahora “a la espera y dispuesta a trabajar” con Estados Unidos para “fortalecer los intercambios comerciales entre ambos”, pero recalcó que los dos países todavía deben “tratar discrepancias” en este campo.
También el titular de Exteriores, Wang Yi, pidió esta semana a EEUU que elimine los aranceles que impuso a los productos chinos y levante las sanciones sobre empresas e instituciones chinas para mejorar las relaciones, maltrechas durante la era del expresidente Donald Trump.
Los lazos entre ambos se deterioraron enormemente durante los cuatro años de Trump, hasta el punto de que los dos países viven uno de sus peores momentos desde que establecieron relaciones en 1979, con enfrentamientos en los planos comercial, diplomático o tecnológico. Sin embargo, y aunque Biden ha prometido otro enfoque diferente, por el momento su Gobierno se inclina por mantener la presión sobre el país asiático y no parece tener prisa por poner fin a la guerra comercial con Pekín.