Por Bloomberg – 22 de septiembre de 2023 (Rigzone)
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La alguna vez próspera industria eólica marina del Reino Unido enfrenta años de dificultades, incluidos retrasos de proyectos y posibles cancelaciones, debido al aumento de los costos y las mayores tasas de interés.
Esa es la opinión de Per Lekander, director ejecutivo de Clean Energy Transition LLP, un fondo de cobertura con sede en Londres que gestiona 2.600 millones de dólares en activos en sectores que incluyen energías renovables, servicios públicos, petróleo y gas.
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“La industria necesita un reinicio completo”, dijo en una entrevista. “Va a ser un período muy largo con un crecimiento muy decepcionante, en el que los proyectos podrían retrasarse o ni siquiera construirse”.
En toda Europa, los promotores eólicos se enfrentan a una combinación tóxica de desafíos que incluyen mayores costos de las turbinas, cuellos de botella en la cadena de suministro y competencia internacional, al tiempo que enfrentan dificultades para obtener financiamiento para nuevos proyectos. En Gran Bretaña, la situación se ha visto agravada por un sistema de subastas que no ha garantizado un retorno adecuado de la inversión, amenazando con detener nuevas construcciones en alta mar.
Durante un período prolongado de tipos de interés bajos antes de la pandemia, la inversión en capacidad eólica del Reino Unido de hecho aumentó, hasta el punto de superar la fuente primaria de energía del gas natural conectada a la red. La inflación sostenida y los esfuerzos por detenerla ahora amenazan con detener ese crecimiento.
Este debería haber sido el momento del viento en Gran Bretaña, que está bendecida con miles de kilómetros de costa y potencial energético marino. El cambio climático está obligando a alejarse de los combustibles fósiles, y el gobierno busca alcanzar la neutralidad en carbono para mediados de siglo, incluso cuando el primer ministro Rish Sunak da marcha atrás en las medidas a corto plazo necesarias para alcanzar ese objetivo.
Las dificultades para la energía eólica marina van acompañadas de incertidumbre sobre las perspectivas de crecimiento de otras tecnologías de energía limpia, desde bombas de calor hasta vehículos eléctricos.
La mayor parte del dinero necesario para alcanzar el objetivo de cero emisiones netas del gobierno deberá provenir del sector privado, dijo Emma Pinchbeck, directora ejecutiva del grupo industrial EnergyUK. “En un momento en que otros países están intensificando sus esfuerzos para atraer inversiones verdes, no podemos arriesgarnos a que ese dinero se vaya a otra parte”, añadió.
‘Sin dinero’
El auge de la inversión en energía eólica en el Reino Unido se detuvo abruptamente a raíz de la pandemia, cuando los costos aumentaron en todo, desde el transporte hasta la mano de obra, según Lekander de Clean Energy Transition.
“El mundo salió del Covid-19 y de repente estos 15 años de situación deflacionaria cambiaron rápidamente”, dijo. Muchas empresas que consiguieron proyectos durante un período de crecimiento acelerado de la industria en 2019-2021 “ahora están dramáticamente sin dinero”.
La empresa estatal sueca Vattenfall AB se encuentra en conversaciones iniciales para vender uno de los proyectos offshore más grandes del Reino Unido, que detuvo en julio. La compañía está “evaluando todas las opciones para determinar el mejor camino a seguir para toda la zona eólica marina de Norfolk”, dijo un portavoz por correo electrónico.
Mads Nipper, director ejecutivo de Orsted A/S de Dinamarca, dijo en una entrevista reciente que una decisión final de inversión en su proyecto eólico Hornsea-3 en el Mar del Norte “no es un hecho” debido a las tarifas más altas. Juntos, los proyectos Vattenfall y Orsted podrían suministrar energía a más de 4,5 millones de hogares en el Reino Unido.
Orsted anteriormente “enfatizó que sólo invertiremos en proyectos que creen valor según el ciclo de vida”, dijo un portavoz. “Lo confirmaremos cuando tomemos la decisión final de inversión”.
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A principios de septiembre, una subasta gubernamental para proyectos eólicos marinos no logró atraer ni una sola oferta, lo que subraya los desafíos de la industria. Como resultado, la danesa Vestas Wind Systems A/S está reconsiderando sus planes para fabricar más turbinas en el Reino Unido.
Parte del problema es que los promotores presentaron ofertas demasiado agresivas en subastas anteriores, lo que contribuyó a que los precios de la electricidad fijados por el gobierno fueran demasiado bajos como para que valiera la pena el esfuerzo de construir nuevos proyectos, según Lekander.
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