Por Ecojournal   –   12 de abril de 2022

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IEASA aún no lanzó la construcción del gasoducto Tratayén-Salliqueló. Resta definir con cuántos frentes de obra se realizará la construcción, un punto clave que definirá cuántas empresas participarán del proyecto. Cuáles son los plazos que manejan las compañías del sector de la construcción.

El gobierno todavía no presentó la licitación para avanzar con la construcción del gasoducto Néstor Kirchner. El argumento formal para explicar la demora es que IEASA (ex Enarsa), empresa a cargo de la licitación, todavía está trabajando en el pliego para dejar claros todos los detalles técnicos y de ingeniería para que no haya confusión entre los oferentes y se puedan acelerar los plazos de ejecución. Sin embargo, la razón principal es que todavía no se decidió cómo se va a particionar la obra y, por lo tanto, cuántas empresas constructoras van a estar a cargo del del proyecto y por ende, del negocio. El tiempo es una variable clave porque cuanto más se demore la construcción del gasoducto, más fondos deberá destinar el Estado a la importación de combustibles. Fuentes gubernamentales indicaron que la idea de IEASA es presentar oficialmente el concurso público durante la semana del 20 de abril.

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Los frentes de obra
La construcción podría avanzar con un solo frente de obra. Eso significaría, por ejemplo, que el montado de los caños se vaya realizando desde Neuquén hacia Buenos Aires. Otra opción sería tener dos frentes de obra y que se vaya avanzando con la construcción desde Buenos Aires y Neuquén para encontrarse en un punto intermedio, aunque también existe la posibilidad de que sean tres o cuatro frentes de obra distintos.

Si se define avanzar con uno o, a lo sumo, con dos frentes de obra, tal como proponen aquellos que ponen el foco en la necesidad de adelantar lo más posible el delivery (finalización y puesta en marcha) del proyecto, son pocas las empresas con capacidad financiera, tecnológica y de gestión que podrían apuntar a inscribirse en la licitación. En esa lista figuran Techint Ingeniería y Construcción, una de las subsdiarias del holding que dirige Paolo Rocca, SACDE, la constructora que es propiedad de los accionistas de Pampa Energía, con Marcelo Mindlin a la cabeza. Mientras que si se particiona en más frentes de construcción podrían sumarse compañías como Electroingeniería, BTU, Contreras y Cartelone, entre otras.

Aquellos que defienden la partición en tres o cuatro frentes de obra sostienen que eso va a favorecer un desarrollo más homogéneo de toda la industria de la construcción local. En la otra vereda, los que recomiendan hacer solo un frente de obra sostienen que se ganaría en eficiencia y se podrían acelerar los tiempos de la construcción, lo cual podría ayudar a que la obra esté concluida para el invierno del año próximo. De ese modo, el país se ahorraría una cifra millonaria en materia de importación de Gas Natural Licuado (LNG) y gasoil.

Los que proponen menos frentes de obra remarcan además que de ese modo también se minimiza el riesgo y citan el caso del Gasoducto del Noreste donde se decidió avanzar con varios tramos y en 2015 la obra quedó paralizada cuando la constructora Vertúa abandonó la construcción de un tramo de 230 kilómetros que conecta Salta con Formosa, lo que demoró la obra varios años más de los previstos.

La falta de resolución de este tema es lo que viene frenando el lanzamiento de la licitación porque en el sector coinciden en que si fuera por la definición de los detalles técnicos de la obra ya se debería haber avanzado. De hecho, en 2019 hubo una licitación que luego quedó trunca donde se presentaron cuatro ofertas.

Los tiempos son clave
Hasta el momento el gobierno avanzó con la licitación de los caños. Todavía no hubo adjudicación, pero solo se presentó Tenaris. Cuando se firme el contrato se deberá girar un adelanto para que la empresa compre la materia prima y luego habría que esperar cerca de tres meses para que se empiece a entregar la primera tanta de caños. Si el mes próximo se adjudica esa licitación y se otorga el anticipo los caños podrían comenzar a llegar en septiembre.

En el caso de la licitación para la construcción, apenas se lance hay que dar un plazo de por lo menos 30 días para la presentación de las ofertas y luego el gobierno debería tomarse otros 30 días para adjudicar la obra. Si la licitación se lanzara a fines de abril, la adjudicación podría estar recién para fines de junio en el mejor de los casos. Una vez que la obra esté adjudicada, hay que comenzar a montar los campamentos y eso también va a llevar tiempo porque no se va a empezar a construir al día siguiente de la adjudicación.

Lo ideal es que estos plazos se aceleren lo más posible porque la puesta en funcionamiento del gasoducto va a significar el ahorro mensual automático de entre 500 y 1000 millones de dólares que se destinan actualmente a la importación de combustibles sustitutos.

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