Por TESLA RATI

El prototipo de la Starship Serial Number 9 (SN9) de SpaceX ha sufrido un destino casi idéntico al de su predecesor, el SN8, superando un lanzamiento, un ascenso y un descenso de casi seis minutos y medio antes de perder empuje, golpear el suelo con demasiada fuerza y explotar en el último segundo.

Tras más de una semana de retrasos y un importante problema de licencias de la FAA, el vuelo de prueba de la Starship SN9 ha dado el banderazo de salida a lo que probablemente será un año de pruebas sin precedentes para el cohete de próxima generación de SpaceX que nos llevará a Marte.

Como señaló el ingeniero y presentador de la transmisión por Internet de SpaceX, John Insprucker, durante la cobertura en directo de la empresa, el objetivo principal de la SN9 era recopilar la mayor cantidad de datos posible a lo largo del régimen de vuelo subsónico en el que las Starships tendrán que sentirse cómodas para realizar de forma fiable aterrizajes poco ortodoxos al estilo de los “paracaidistas”.

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También conocida informalmente como maniobra de caída libre, SpaceX ha diseñado la Starship para que caiga los últimos 10-20 km con el vientre por delante, utilizando cuatro grandes flaps para controlar su orientación, actitud y vector. Al caer como un paracaidista, el Starship puede, en teoría, extraer la mayor parte de las ventajas de un avión espacial (utilizando la propia atmósfera de la Tierra como una especie de freno) sin los sacrificios extremos necesarios para incluir realmente un ala aerodinámica estructural en el diseño.

Para completar esa mencionada maniobra, Starship tiene que realizar un giro sin precedentes de ~120 grados en segundos antes de impactar contra el suelo, girando desde una configuración de aterrizaje vientre abajo a una configuración cola abajo con la potencia de dos motores Raptor. Al igual que el SN8, que sufrió el apagado de dos motores Raptor en el último segundo cuando un tanque de combustible no pudo mantener la presión correcta, la nave SN9 falleció unos segundos antes del aterrizaje previsto.

Alrededor de seis minutos y veinte segundos después del despegue (T+6:20), la nave SN9, que caía vientre abajo hacia el suelo, intentó encender dos de sus tres Raptors para dar la vuelta y reducir la velocidad para un aterrizaje suave. Desgraciadamente, mientras que el primer Raptor se encendió sin problemas, el segundo motor no tuvo tanta suerte y falló visiblemente a la hora de arrancar. Con sólo la mitad del empuje necesario para el cohete, la Starship SN9 fue incapaz de realizar la maniobra o frenar adecuadamente e impactó contra el suelo casi de espaldas a una velocidad considerable, rompiendo sus tanques de propulsión y provocando una importante explosión.

Afortunadamente, el aterrizaje fallido de la nave SN9, al igual que el de la SN8, fue bastante preciso, lo que aparentemente salvó las instalaciones de lanzamiento de SpaceX y la nave SN10. Aparentemente ilesa, la nave SN10 podría comenzar su campaña de pruebas de calificación de vuelo (varias pruebas en tierra) dentro de unos días.

Dependiendo de la causa que SpaceX atribuya al aterrizaje fallido de la SN9 y del alcance del trabajo para rectificar cualquier problema compartido en su sucesora, la Starship SN10 podría estar lista para volar antes de finales de mes.

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