Por Jennifer Dlouhy – 20 de abril de 2022 (World oil)
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Los ambientalistas están pidiendo a la administración de Biden que tome medidas enérgicas contra las fugas de metano de los pozos petroleros estadounidenses de baja producción, luego de que una nueva investigación mostrara que están liberando una parte desproporcionada del potente gas de efecto invernadero.
Según el estudio de Nature Communications, dichos pozos marginales están arrojando unos 4 millones de toneladas métricas de metano al año, a una tasa de 6 a 12 veces mayor que el promedio nacional.
Sin embargo, los pozos de petróleo y gas de baja producción estarían en gran medida exentos de los requisitos de monitoreo regular que propuso la Agencia de Protección Ambiental el año pasado. El análisis subraya los peligros potenciales del plan de la administración de Biden para orientar los nuevos mandatos de metano hacia pozos más grandes, y está avivando los pedidos de cambios en la regulación final que la EPA impondrá para fin de año .
“La ciencia claramente respalda estándares más estrictos de la EPA para reducir la contaminación descomunal de los pozos más pequeños”, dijo Rosalie Winn, directora de política de metano y aire limpio en el Fondo de Defensa Ambiental. “Debemos asegurarnos de que se apliquen rigurosas salvaguardias contra la contaminación a estos pozos de baja producción y alta contaminación, que constituyen la gran mayoría de nuestra infraestructura de petróleo y gas”.
Los representantes de la EPA no comentaron de inmediato sobre el asunto.
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Según las últimas investigaciones, que se basan en mediciones anteriores de metano recientemente integradas con datos de producción, los pozos que producen menos de 15 barriles de petróleo equivalente por día permiten que aproximadamente el 10 % de su gas se filtre a la atmósfera. Juntos, estos pozos marginales son responsables de aproximadamente la mitad del metano emitido por todos los sitios de pozos en los EE. UU., aunque representan solo el 6% de la producción de petróleo y gas de la nación, según el estudio.
El metano, el componente principal del gas natural, es responsable de una cuarta parte del calentamiento global actual. Y debido a que es un gas de efecto invernadero tan poderoso y de vida corta, que concentra la mayor parte de su impacto en las primeras dos décadas después de su liberación, las reducciones ahora se consideran una estrategia crítica para frenar el calentamiento a corto plazo y limitar el aumento de la temperatura a 1,5 grados centígrados (2,7 grados Fahrenheit), un punto de inflexión crítico.
Matthew Todd, director de The Environmental Partnership, una iniciativa de la industria, dijo que las compañías de petróleo y gas están comprometidas con las reducciones continuas en la intensidad del metano “mientras satisfacen las crecientes necesidades energéticas de la sociedad”.
Además de las implicaciones ambientales, las fugas de metano también tienen consecuencias económicas. Las emisiones anuales estimadas de los pozos marginales están perdiendo alrededor de $ 700 millones en gas natural (a precios de 2019) y combustible que podría usarse para alimentar 3.6 millones de hogares, dijo el Fondo de Defensa Ambiental.
Algunos funcionarios de la industria del petróleo y el gas han alentado a la EPA a centrar su atención en los pozos más grandes que constituyen la gran parte de la producción de EE. UU., argumentando que el enfoque sería más rentable.
La Asociación Independiente del Petróleo de Estados Unidos dijo que las evaluaciones del grupo de emisiones de pozos pequeños sugieren que la mayoría de las fugas provienen de tanques de almacenamiento y recipientes separadores “que se pueden manejar sin los costosos programas de detección y reparación de fugas que exigen los cabilderos ambientales”.
“Dirigirse específicamente a los pequeños productores estadounidenses con nuevas regulaciones expansivas es un enfoque incorrecto cuando los precios en la bomba están en niveles récord y la administración Biden está pidiendo a la industria que amplíe la producción nacional”, dijo la portavoz de IPAA, Jennifer Pett, por correo electrónico.
Investigaciones anteriores han rastreado fugas de metano en pozos de baja producción hasta fallas mecánicas que pueden pasar desapercibidas hasta que se realizan inspecciones y visitas al sitio.
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