Por WORLD ENERGY TRADE

El gobierno de México emitió nuevas regulaciones para limitar la capacidad de las empresas privadas para importar combustible, lo que avivó las preocupaciones de que la medida pueda beneficiar a la empresa nacional Petróleos Mexicanos (Pemex).

Las normativas, emitidas por el Ministerio de Energía y que ya entraron en vigor, son parte de una campaña del presidente Andrés Manuel López Obrador para poner fin a las importaciones de combustible.

De acuerdo con la última regulación emitida por la Secretaría de Energía de México y vigente a partir del 28 de diciembre, la Secretaría ya no otorgará permisos de 20 años a empresas privadas para importar combustibles. En cambio, reemplazará esos permisos de 20 años por otros más cortos de solo cinco años.

La medida pareciera diseñada para cerrar el mercado y finalmente dejarlo en manos de Pemex.

El regulador antimonopolio de México, la Comisión Federal de Competencia Económica (COFECE), criticó un borrador de propuesta para la nueva regulación e instó a la Secretaría de Economía a realizar un análisis más detallado.

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El impacto de la medida del gobierno

La COFECE dijo en una resolución la semana pasada que restringir los permisos disminuiría los incentivos para invertir, al tiempo que “reafirmaba la posición dominante de Pemex”. Como resultado, los consumidores podrían experimentar menos opciones de suministro.

El regulador antimonopolio criticó el plan de restringir los permisos para la importación y exportación de petróleo y productos refinados

El proyecto obstaculizaría gravemente la competencia en el mercado minorista de combustibles y limitaría las opciones de los consumidores para acceder a más opciones y obtener los mejores precios posibles, dijo la COFECE el 21 de diciembre.

Las nuevas regulaciones también limitarían los incentivos para que las empresas privadas inviertan en infraestructura para transportar y almacenar
combustibles, y reafirmarían la posición dominante de Pemex en el mercado de ventas de combustibles en el mediano plazo, dijo el regulador antimonopolio.

Mayor control del Estado

El presidente Andrés Manuel López Obrador ha hecho de la reactivación de Pemex una prioridad máxima, en parte al recuperar un mayor control de la política energética y al romper con el objetivo del último gobierno de tratar a Pemex en igualdad de condiciones como los nuevos participantes privados y extranjeros en el mercado.

El presidente de México también está tratando de hacer que la nación sea “independiente en términos de energía”, y la última legislación para restringir la capacidad de las empresas privadas para importar productos de petróleo refinado se considera un movimiento en esa dirección.

El presidente López Obrador, llegó al poder con la promesa de aumentar el apoyo estatal a Pemex y convertir a la mayor empresa estatal en el pilar de un cambio radical para la declinante producción de petróleo del país.

A pesar de las crecientes deudas y la disminución de la producción de crudo, Pemex está enfocada en el desarrollo de una refinería de US$ 8 mil millones, Dos Bocas, planeada para el estado natal de López Obrador, Tabasco. La refinería también fue una promesa clave durante la campaña para reducir la dependencia de México de las importaciones de combustibles y productos refinados, la mayoría de los cuales provienen de Estados Unidos.

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