Por Tomás Díaz

Repsol está pendiente del visto bueno del Gobierno ecuatoriano al acuerdo alcanzado con la canadiense New Stratus Energy para venderle sus activos en el país por poco más de cuatro millones de euros -cinco millones de dólares- y abandonarlo, después de casi 30 años de actividad allí . Con escaso valor para la empresa -están amortizados-, la medida responde a su política de reducir su presencia internacional.

Ambas empresas firmaron en martes una carta de intenciones para que la compañía canadiense -cotiza en la Bolsa de Toronto- adquiera los pozos y la participación de Repsol en el Oleoducto de Crudos Pesados ​​(OCP), tras un pago en efectivo fijado en cinco millones de dólares, que puede aumentar hasta un máximo de 12 millones, dependiendo de varias condiciones, como el precio medio del crudo o la extensión de los contratos de servicio.

 

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Repsol tiene dos bloques petroleros (16 y 67), con una producción inferior a los 10.400 barriles diarios, así como una participación del 29,7% en el OCP, por el que el se ha enfrentado a un arbitraje en la ONU con el Gobierno , que se retiró el año pasado tras alcanzar un acuerdo satisfactorio para ambos.

La duración de los referidos contratos de servicio alcanzan hasta diciembre del año 2022 en el caso de los bloques petroleros y hasta noviembre de 2023 en el caso del OCP.

La culminación de la operación está sujeta a la autorización de varias autoridades públicas ecuatorianas, entre ellas la del propio Ministerio de Energía. La prensa local señala que su respuesta podría conocerse en un plazo de tres semanas.

Solvencia técnica y económica
Uno de los requisitos que vigilarán las autoridades ecuatorianas es la solvencia técnica y económica de New Stratus Energy, tanto para garantizar la capacidad de operar los yacimientos como para afrontar su clausura y la restauración ambiental de la zona, incluidas posibles indemnizaciones.

New Stratus Energy ha señalado que tiene intención de prorrogar la vigencia de los contratos más allá de su fecha actual, mientras que Repsol ha emitido una corta nota en Ecuador en la que afirma que el acuerdo es “preliminar” y que se enmarca “en la gestión activa del portafolio “.

La firma dirigida por Josu Jon Imaz lleva tiempo abandonando mercados que no considera estratégicos, y “primando el valor sobre el volumen”, según su expresión habitual. La muy posible salida de Ecuador se sucede a otras anteriores, como las de Papúa, Rumanía o Angola.

 

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